Le temo más, amada, a un policía corrupto, que al delincuente que va a privarme del dinero que llevo en el bolsillo.
Le temo, amada, a los relámpagos y truenos que anuncian la caída de la lluvia que prodigará agua a los huertos y hará reverdecer los árboles y arbustos en latencia de las montañas.
Le temo, amada, a las despedidas porque mi corazón sufre de tristeza y de mis ojos brotan abundantes lágrimas.
Le temo, amada, a los recuerdos ingratos de mi atormentada infancia-adolescencia porque pienso que regresaré a ellos en tiempo real y en tiempo onírico.
Le temo, amada, a los demonios y fantasmas de la noche porque me cierran las puertas del plácido palacio de Morfeo y, en vez de sueño placentero, tengo horribles pesadillas.
Le temo a la Navidad y al Año Nuevo, amada, porque se hacen visibles en mí las expresiones de la hipocresía en todos los sentidos.
Ilustración. Jhosué José Fernández Rodulfo.
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2013 a las 11:15
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 86
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Una prenda hermosa tu genial poema espiritual estimado compañero y amigo Rodulfogonzalez
Saludos de amistad
Gracias por su comentario. Lo saludo desde su martirizada Venezuela, víctima del castro-chavismo. La comunidad internacional, incluida España, nos ha dejado solos por razones económicas.
Le temo Amada... al incesante pasar del tiempo
que va dejando su huella en nuestros cuerpos
y deja empobrecido a nuestros pueblos
a los desalmados gobiernos.
Abrazos, querido Eladio, aplaudo tus letras.
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