A Bergman
Mi cuerpo yace en cama hace tantas noches tristes
a mi edad los sueños emprenden vuelos de vuelta
un salto largo desde el fin de la historia
hasta el albor de un día, sin tiempo y con la misma cara
como si entre ambos puntos la vida no hubiera existido
Yo, un cerebro de carne y sangre, te luzco inmaterial
Más te vale la mácula conocida que una virtud extraterrestre
Grita tu traición chiquilla muda, soy sólo un espectador impotente
ayer no estaba para banalidades, hoy me visto de piel y lloro
De qué premio me habla señor juez, ¿acaso lo merezco?
Si no hay peor incompetencia que la ceguera egótica y soberbia
el tiro de gracia es la conciencia de ella cuando se ha muerto
Y ahí está aquel cuadro de noche otoñal, un Caravaggio negro de oscuridad
de vela en el último suspiro, una tenue luz esboza como siempre el autorretrato
Mi mano saliéndose del cajón, aferrándose al mezquino amarillo
de ese brillo en extinción, del hombre inacabado…
…de esa luz que se apaga
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Autor:
Pablo Rainer (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2009 a las 09:36
- Comentario del autor sobre el poema: Poema publicado en el libro "La resaca de la tristeza" de Juan Pablo Belair, Magoeditores (2008).
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
Comentarios1
Muy buen poema.
Me gustó leerte
Besos
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