Olisca la vida mi tierra líquida
desgranada en sangre tras la herida.
He sembrado torrentes envueltos en cobijas de venas,
que cedieron el paso al filo de cuchillas en niebla.
Mi rojo río salpicó el horizonte, péndulo y balanza
se filtró en violeta
amalgamando al amarillo, tomó de rehén a las nubes,
clavó su cuchillo de luz sobre el lomo del mar bravío,
sembró sus rodillas en el diente del cemento.
El viento sopló un lamento dentro de una burbuja
el transparente vidrio dio forma salada a una lágrima,
quebrando su morfema libre en el brote de la naturaleza.
Libaron de la superficie toda pista de desahogo, esas raíces
ocultas en tejido sobre el lienzo, enmudeciendo el pañuelo.
No se animaron los tendones de mis dedos a dejar escapar el agua,
tampoco ningún gesto esgrimió su morfología,
solo le dolí al dolor… haber respirado todo este hastío
y transpirado tanto amor sumergido en un río de olvido.
- Autor: chrix ( Offline)
- Publicado: 2 de mayo de 2013 a las 03:18
- Categoría: Amor
- Lecturas: 110
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
La hermosa conjunción de tus preciadas letras de amor maravillan al poema que enlazan tus geniales palabras estimado y preciado poeta y amigo Chrix
Saludos sinceros de amistad y afecto
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