Te fuiste mi golondrina,
encumbraste vuelo distante,
soledad en mis playas,
llovizna de desolación,
arrancaste de mi alma el eco de noches enteras,
cuando fuiste eternidad en cada beso,
y sobre mi ansiedad dejaste la tuya,
en ese sentir que solo tu y yo somos,
pero tu vuelo dejó mis manos de pescador vacías,
con las redes marchitas de tanta mar en soledad,
sin la sombra de tus alas que enamoran,
mientras mis olas de amarte te perseguían,
y en ese vaivén jugábamos en la arena,
hasta que caías en espumas de mi insistencia,
que en tu piel de ave divina se marchaba,
para ser sol en cada ocaso,
y dibujar en el horizonte tu sonrisa,
que era mi sonrisa,
rocío de un mismo amanecer,
cuando nos sorprendió la vida,
y vivimos cada tonada,
un mismo tono,
el de tus labios en los míos,
hasta que se iniciaba la brisa,
y con ellas crecía la mar,
como cada abrazo que teníamos,
por eso golondrina de mi vida,
cuando veo alzar tu despedida,
queda el arenal sin más nada que el silencio,
pesar que se impone,
y me voy tejiendo a las tardes de pensarte,
porque al recordar tus ansias,
respiro y me manifiesto,
en seguir el horizonte,
realidad que agobia,
golondrina de mis ojos,
cuando ya no te vea,
terminarán las tardes sin conocer más noches.
- Autor: El Poeta de la Tarde (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2013 a las 00:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 65
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
La ternura que pones en tus bellos y hermosos versos siembran mi corazón de la armonia encantadora de tu poema amigo El Poeta de la tarde
Saludos de amistad y de afecto poetico
Críspulo Cortés
bellisimo poema amigo. queda flotando en el aire cierot emebeleso.
besos
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