Por Gaviota Romero
El mar que de niña mojaba mis pies me estremecía,
me hacía feliz;
chapoteando en él me metía.
En el retorno a casa me sentía, cual si perdiera a mi mejor amigo,
y al volver mi rostro hacía la orilla, mis labios con sabor a sal decía:
- Volveré mañana mar querido, ¡Por favor, no faltes a la cita!
Siempre fue fiel mi mar.
Pero, fui yo, que al marchar lejos un día,
a una tierra donde el sol no brilla,
traicioné la amistad que nos unía;
en su lugar hay lagos donde mis pies se hunden en la orilla,
con una sensación desagradable,
sus aguas son negras y profundas.
Respiro el aire, deseando encontrar su olor perdido.
Mi alma se estremece al recordarte, pero…
¡Fui yo, quien faltó a la cita!,
quisiera ser como mi nombre indica,
y verme reflejada en tus aguas mi mar querido.
- Autor: "Gaviota" Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2013 a las 16:50
- Comentario del autor sobre el poema: Mi mar querido, me vio nacer, lejos de aquí, en el norte de África, en una playa de arena dorada y fina. Hoy vivo en una tierra donde el sol apenas brilla, busco su olor, su color azul. Quisiera se como mi nombre indica y verme reflejada en su aguas, mi mar, y mi amigo.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 58
- Usuarios favoritos de este poema: matteo
Comentarios1
Bravísimo compañera!!
Tenemos algo en común....las dos le escribimos al mar con pasión.
Bellas letras,lo guardaré con cariño
Besos mil
Gracias compañera, unidas por nuestro amor al mar.
Besitos también para ti.
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