Amor si se le puede llamar,
al furor de los delirios,
embebidos todos ellos,
intentándoles calmar,
entre vicios abatidos
por las viseras candentes,
que arrebatan como siempre
ese vicio en el cantar.
La coherencia sometida,
silenciosa y abolida,
por los golpes nulos siempre
y la luz de este sangrar;
hoy me encuentro como siempre,
entre cuentos y entre adultos,
y tu propia imagen debo
en mi mente imaginar.
Si limpiar tu piel yo debo
por que de ella siempre bebo
la amargura de tus sueños
y la incomprensión de ti;
¡oh querida! no te olvido,
tú jamás piensas en mí,
y aunque siempre estoy aquí
tú no hablas mal de ti.
- Autor: E. Acuña (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2013 a las 23:22
- Comentario del autor sobre el poema: Un verso sencillo, de un poeta humilde...
- Categoría: Triste
- Lecturas: 81
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