El Vestido Blanco

mercedesdembo

Grace decidió cambiar el itinerario de su caminata diaria aquella mañana soleada; se encontraba de un humor aventurero.

El aire era fresco y vigorizador, hacia contraste con la sensación que le había dejado su piel húmeda, su blusa le pegaba al cuerpo.
Apresuró el paso en dirección de Centenial Park; a esas horas el sitio estaba casi desierto por ser muy temprano. Sólo algunas personas paseaban sus perros, algunas otras hacían ejercicio. Rodeó el césped y se detuvo, en un estanque se zambullían algunos patos con sus crías; también se encontraba una pareja de cisnes blancos cortejándose;.... miraba como se contorsionaban y entrelazaban dibujando la silueta de un corazón con sus cuellos. Recordó haber leído que el cisne era uno de los animales que no volvía a aparearse una vez que enviudaba.
Al borde de esa alberca un pelicano rosado desplegaba sus alas largas y anchas haciendo que brillaran a la luz del sol; desde el suelo resplandecían entre los sauces llorones que estaban por detrás de ellos.
Grace caminó curiosa avanzó por ese lugar, sintió un crujido por debajo de sus pies, era el sonido de una vereda de conchas que terminaba en un jardín de tiernos lirios con musgo blanco; ¡ Que maravilla!- pensó- .
Caminando pausadamente descubrió varios jardines de coloridas y aromáticas flores que se extendían a lo largo de aquellos silenciosos caminos.
La experiencia de Grace era además de sorprendente sublime; los adornos florales estaban estrechamente ligados a la geometría de la arquitectura del lugar y junto a unas esculturas art nouveau pudo recordar algunos paisajes muy parecidos a los jardines de Versalles.
Prosiguió deleitándose con con aquellas vistas que le movilizaban todos sus sentidos; al poco de avanzar desembocó por la lateral de una calle angosta llena de tiendas comerciales; el conjunto urbanístico observado le parecíó ambientado a la manera de finales del siglo diecinueve; el pavimento de la calle era homogéneo sembrado de losas de piedra.
Después del asombro inicial Grace recorría esa calle; contemplaba los escaparates y pasó frente a una tienda de golosinas, las estanterías rebosaban de caramelos, chocolates, dulces y regalíz; aparecian todos los fiambres en una amplísima gama de colores.
Pudo observar que el dependiente estaba ataviado de un mandil que le llegaba hasta los pies y atisbó los escaparates de la tienda inmediata que era un salón al estilo de “Miss Cranston's Tea Rooms” de Glasgow; era un local de ambiente elegante; divisó una mesa en donde charlaban unas damas tomando su famoso Devonshire Tea servido en tazas de porcelana china con scones, mermelada y nata; miraba los ostentosos sombreros de las damas decorados con cintas y flores, ellas vestían trajes estilo polisón; una almohadilla se colocada en su trasero para resaltarlo, las faldas y las sobrefaldas estaban recogidas y llevaban holanes y encajes en forma de cascada.
Las señoras comían con apetito delicado y Grace sintió hambre pero decidió volver más tarde una vez hecho su recorrido.
Continuó por la calle en ascenso y por trechos tuvo que subir pares de escalones de piedra para llegar a sus descansos; en uno de ellos resbaló por estar mojado el piso y al levantar la cabeza observó accidentalmente que estaba frente a una tienda de ropa de niños.
Habian hermosos trajes de bautizo, varios vestiditos colgaban en sus perchas de hierro y uno de ellos blanco llamó su atención; era un traje de seda de organza recubierto de encajes, tenia puntillas hechas a mano con cintas de raso en bajos y mangas. ¡ Que belleza! -exclamó-... no podía apartar los ojos de lo que estaba mirando; en un santiamén se adentró en la tienda, pidió a la dependienta le enseñarla el traje y cuando se lo llevaron quedóse un buen rato acariciándolo perdida en algún recuerdo;...por unos segundos vaciló pero decidió comprarlo de inmediato..
Grace salió de la tienda paquete en mano regresó al salón de té que tanto le había gustado; tenía una hambre canina, puso el paquete en su regazo y pidió un té con scones y mermelada, sacó el vestido de su embalaje y no dejó de acariciarlo mientras comía.
La tela la llenaba de gozo, terminó de desayunar y salió rumbo a casa.
Durante el trayecto iba pensando que hacer con el trajecito de bautizo; no conocía a nadie a quien regalárselo; pensó inclusive devolverlo a la tienda pero estrechó el paquete muy fuerte contra su corazón.
Grace nunca tuvo hijos; en esos momentos se la llenaron los ojos de lágrimas y aquellas imágenes que había enterrado se le atropellaron en su mente y en su corazón.

 

The White Dress

 

That sunny morning Grace decided to change the route of her daily walk, she was in a adventurous mood.
The air was fresh and invigorating, in contrast with the feeling that had left her skin damp, her blouse sticking to her body.
She quickened her pace towards Centennial Park, at that time the place was nearly deserted for being very early. Only few people walked their dogs and few were exercising. She walked around the lawn and stopped, some ducks with their young were plunging in a pond; also there was a pair of white swans courting; .... she looked how they were writhing and intertwined their neck to draw the silhouette of a heart. She remembered reading that the swan was one of the animals that do not mate again once widowed.
At the edge of that pool a pink pelican spread its long and wide wings making them shine in the sunlight; the ground glowed among the weeping willows that were behind them.

 

Curious, Grace walked towards there, she felt a crunch underneath her feet, it was the sound of a path of shells ending in a garden of tender lilies with white moss, how wonderful! - she thought.
Walking slowly she discovered several gardens of colorful and aromatic flowers that stretched along these silent paths.
Grace's experience was besides being amazing, sublime, the floral motifs were closely linked to the geometry of the architecture of the place and with some sculptures art nouveau she could remember some passages very similar to the gardens of Versailles.

 

She continued to delight herself with those views which mobilized all her senses; soon she came out in the side of a narrow street with commercial shops; the housing estate seemed to ressemble the one from the late nineteenth century; the road homogeneous pavement was strewn with flagstones.
After the initial shock Grace walked that street; she watched the windows and walked past a candy store, the shelves were full of candies, chocolates, sweets and liquorice; they sweetmeat were in a wide range of colors.

 

She could see that the shop assistant was wearing an apron that reached to his feet and she peered in the windows of the store next to it it was a salon in style "Miss Cranston's Tea Rooms" of Glasgow style, an elegant local, she spotted a table where some ladies chatted sipping their famous Devonshire Tea served in china cups with scones, jam and cream; she watched the flashy ladies hats decorated with ribbons and flowers, they wore suits polison style; a pad was placed in rear to highlight it, skirts and overskirts were collected and wore lace ruffles forming cascades.
The ladies ate with appetite delicate and Grace felt hungry but decided to come back later once she finished her walkaround.

 

She continued down the street and at times she had to climb some stone steps to reach her breaks, in one of them she slipped for the floor was wet and on raising her head she accidentally observed that she was in front of a children's clothing store .
There were beautiful christening outfits, several dresses hanging in their perches of iron and one of them caught her eyes; it was a silk organza dress lined in lace, it had handmade lace edging with satin ribbons at the bottom and on the sleeves. Such a beauty! She cried ... she could not take her eyes off what she was looking; in a jiffy she walked into the store, asked the shop assistant to show her the suit and when they brought it to her she spent a good time stroking it lost in memory;...she hesitated for a few seconds but decided to buy it immediately ...

 Grace left the store her package in hand and returned to the teahouse that she liked so much, she had a ravenous hunger, she put the package on her lap and ordered tea with scones and jam, pulled the dress from its packaging and kept caressing it while eating.
The fabric filled her with joy, she finished breakfast and left for home.

Along the way she was thinking what to do with the christening outfit, she did not know anyone to whom she could give it, and she even thought to take it back to the shop but she hugged the parcel very close to her heart.
Grace never had children; and in those moments her eyes filled with tears and images that she had buried rushed to her mind and heart.

 

 

 

 

 

Merche DemBar

 

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Comentarios +

Comentarios2

  • El Hombre de la Rosa

    Un escepcional prosa que lleva la impronta de la calidad de tu genial pluma en tu hermoso cuento estimada amiga Merche Dembar
    Un saludo de afecto y amistad de Críspulo

    • mercedesdembo

      Gracias Crispulo, me alegra te gusto de vez en cuando me gusta escribir en prosa. Te pido disculpas si no contesto a algunos de tus comentarios, voy muy atareada en estos ultimos meses.
      un abrazo

    • maria clementina

      excellente cuento ,te felicito y te aplaudo
      una gran alegria verte,besitos ,marie clémentine

      • mercedesdembo

        Gracias Maria Clementina a mi tambien me alegra verte
        besitos



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