Por Gaviota Romero
Déjame secar tus lágrimas.
No quiero que llores, niña.
Cuando tus ojos me miran,
alegres llenos de vida,
con un brillo tan intenso,
que el mismo sol se marchita.
Al ver la felicidad en ellos,
mi corazón se alboroza,
mi alma llena de dicha.
Pero cuando, como hoy,
los veo claros
por las lágrimas que bajan,
por tus mejillas,
mi corazón y mi ser
se retuercen de agonía.
No quiero que llores, niña,
no quiero que tan temprano
se marchite tu alegría.
Quiero mi amor, que en un futuro,
cuando tú mires a los ojos, a tu hija,
veas en ellos reflejado
un mundo nuevo, lleno de dicha,
donde no exista el dolor.
Para que tú no sientas la impotencia,
de no poder evitar
que se empañe su alegría.
- Autor: "Gaviota" Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2013 a las 11:11
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando he visto a mi niña llorar, mi corazón se ha roto de agonía. Entonces he querido que este sistema terminara que todo se quedara atrás, que las cosas pasadas no subieran al corazón Que un nuevo mundo comenzará, para ya no ver más sus ojos empañados por las lágrimas.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 540
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, ADOLFO CESAR MARCELLO
Comentarios3
La calidad de tu versada pluma embriaga mi sentir poetico cuando leo las palabras de tu bello poema familiar amiga "Gaviota" Romero
Abrazos sinceros de amistad poetica
Críspulo Cortés Cortés
Gracias mi amigo poeta, muy amable.
Te mando un fuerte abrazo DESDE SUECIA CON AMOR.
Gaviota Romero
Entranable poema para su girl!!
Gracias por su comentario Luna.
Un abrazo.
puesto el corazón en esas letras
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