Al azul del infinito ofrecí
la duda que me ahogaba,
dejando envuelta en su grandeza
esta pena,-lamento de verbo silente-
que sin pedirlo me llevaba;
sentado en esta morada
que no tiene ahora y tampoco dueño
esperando otro mañana regalé mi ayer.
Pasan las sombras amontonadas
envueltas en sudarios ocultando sus caras,
abriendo y perdiendo a su paso los caminos
confundiendo el horizonte;
pasan dejando huellas que la lluvia
o las lágrimas, sin saberlo, borrarán.
Marcharon los momentos
y con ellos los recuerdos, todos;
y se hicieron brisa y con ella se despidieron…
…acariciándome.
©Jpellicer
- Autor: Jpellicer (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2013 a las 08:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 80
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Grandioso y especial poema has escrito hoy señor poeta y amigo Jpellicer
Abrazos de amistad poetica
Críspulo el de la Rosa
Muchas gracias Críspulo por tan entrañable comentario, celebrando que estos versos hayan sido de tu agrado, recibe un cordial y afectuoso saludo.
Cálidas sonrisas
woooauu, que bonito, tristemente bello, creo que en el hablas del desamor, muy bueno!!un fuerte abrazo.
Muchas gracias Eva por tu comentario. Ya sabes que el amor y también por supuesto el desamor forma parte de la vida y del que escribe, seguramente con más intensidad.
Cálidas sonrisas
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