A MI MADRE...

No encontré palabras más elocuentes ni tan resplandecientes, para poder expresar aquella similitud, que muestras en el candor de tu sonrisa...

No pude plasmar ni tampoco encontrar al artista, que pueda dibujar aquel carisma, que entregas usualmente sin dudar y sin medida...

No pude describir ni mucho menos repetir, aquella sumisa forma de abrazar, que solo en lo sublime de una mujer lo puedo encontrar...

Y no pude expresar tanto dolor ni declamar una sola oración, como el ardor y pasión que nace en el pecho, de una bella y hermosa flor...

Son tus manos una cálida caricia que roza mi mejilla, y logra hacerme descansar profundamente, en un sueño del que jamás logre que despierte...

Una mirada es suficiente, para brotar una lágrima tímida que rebase por mi mejilla,
y exprese con tal alevosía, el amor eterno que por ti yo daría...

Tus juegos sin fin, son la mayor muestra de cariño interminable que destinaste hacia mí ser, más tu cansancio agobiante, no lo muestras por el afán de querer...

Y en la carencia de la vida, es tu sacrificio lo primero que me entregas sin medida, ¡Es tu dolor y las llagas las que logras! por solo verme reír tan solo una vez mas...

Tu piel yace ya mas gastada, pero tu resplandor es aun más extenso que lo excelso, no podría resumir que es esta sensación, que me hace sentir a tu lado con tal emoción...

Y aunque los años te reclaman y el trinar de tu voz cada vez es más apagado, puedo ver aquel anhelo de ser madre antes que mujer, lo que la naturaleza entiende y rinde pleitesía ante tus pies...

Tus palabras llenas de amor y candidez, llegan como la brisa que susurra a mi vida, y hasta la presencia de los arcángeles anuncian que fue por tu causa la sonrisa del nuevo día...

Y hoy mis poemas, son solo muestra de un pequeño fervor que en realidad no podría tener tanta pasión, puesto que un fulgor de intensa vehemencia ¡Es lo que se siente! al momento de repetir este clamor…

Es por ello Madre mía, que como tú no existe ni existirá alguien en la vida,
Es por ello madre mía, que tu coraje me protegió sin cuidar de ti misma,
Es por ello Madre mía, que aunque lo exprese, lo dibuje, lo declame, lo llore o lo dignifique, no podre jamás demostrar esa intensidad que solo Dios te supo enseñar,
Y es por ello que aunque me faltes y en recuerdo tu presencia me desangre, es tu velo de cariño tan inmenso lo que me cuidara por toda la eternidad…

Porque te extraño y mucho más te lloro hasta el cansancio, cada vez que te ausentas y dejas un vacío junto a mi lado, Te amo y mas que ello sin merecerlo, te humillas esperando que sea aun mas grande que tu, pues es tan inmenso tu corazón lleno de emoción, que mitigas tu cansancio y me lo entregas en forma de besos y abrazos. Madre solo hay una y como ella ¡Jamás! habrá alguna… No la pierdas por la pleitesía de la vida, no la pierdas por el orgullo de ser mujer u hombre de la vida, que cuando ya sea demasiado tarde, solo sus recuerdos se posaran con un dolor inmenso, por no entregar lo que en vida pudiste reclamar…