El amor que jamas Existio

El silencio, siempre monótono, esencial y sensible  en los ajenos sentimientos del noble corazón. Por un lado, el pensar y el sentir un amor que se ha marchado y que no volverá más.

La luna. Testigo del amor, de los suspiros tan cercanos que no volverán jamás. Las noches insensatas que llegaban a lo lejos después de que se ocultara el sol. En una de esas noches que suspiro el viento para darle rienda  suelta al sentir más abstracto esencial, sensible y único. La noche en la que nos juramos amor para toda la vida. Donde juramos llegar a la eternidad juntos. ¿Donde están hoy esas promesas de amor?  ¿Acaso las as echado el olvido? Claro. El olvido.

El olvido. Siempre despechado por la felicidad antagónica. De un suspirar sencillo. Del sentimiento que vuela en olvido de rosas y jazmines. Que vuela en el firmamento como algo que jamás existió en las tardes negras en que los ángeles del firmamento observaban la serenidad de los dos. Y nosotros dichosos de ser el uno para el otro. Ya están en el olvido, el olvido, eso es lo que domina tu sensible corazón.

Y ¡quien pues pensó en un final tan triste ¡ quien pensó en el ayer. Quien pensó en olvidar tantas promesas de amor. Tanto amor fingido, tantas palabras desesperadas unidas en un beso, una palabra, un sentimiento, una caricia del alma. Profunda, inmensa,  más inmensa que el mar, la luna y las estrellas. Solo tú. Amor de mis tristes pensamientos, de mis tristes emociones, la rima asonante del amor mas imperfecto de la soledad vacía de un mundo de pasiones. Inseguro y peligroso, del que no puede despertar mi triste corazón.

El amor que fin jistes, la ficción mas creíble por el corazón, el sentimiento inolvidable que en mi perdura y por más que trata de olvidarte no puede, puesto que el verdadero amor sucede una vez, y fue tan cierta la desfachatez de tu sentir que con palabras emocionantes, alucinantes, conmovedoras, lograron conmover mi corazón. El. Quien más sufre en esta historia y no puede, ni trata de olvidarte, porque para él es difícil olvidar algo tan inmenso y cautivante como lo fue su primer amor, pagado con una traición inmadura de tus traicioneros sentimientos.

Tu confusión, la palabra más inconcreta e incoherente del amor que existió alguna vez