El hijo pródigo.

Amado Hijo...

En la paz que yace en la profundidad de tu silencio…

Al orar consagras tu ser en mi eterna adoración,

Y envolviéndote en la luz de mi presencia,

Sostengo en ti encendido el fuego de mi amor.

Buscando en mi tu hogar, tu casa,

El amor que dio por vez primera vida a tu conciencia

He esperado siempre que asciendas en la luz,

Y estar contigo y unidos por tu Alma

Hacer en ti florecer la eternidad.

Amado hijo, en tu sueño tú y yo uno somos

Y bendigo cuando al verte en los ojos de tu Alma

Ves en ti mismo la imagen que Yo Soy,

Yo cuido de tu sueño y en él fundo mi deseo

De verte iluminado siendo tú mi luz.

La ascensión es el retorno de la luz en tu conciencia

Y el concepto inmaculado de tu eterna realidad

Y los ángeles del cielo entonan cantos de alegría

Cuando vienes al altar, aquí en tu corazón.

Amado mío… ¿Quién eres?

 Yo soy...

Soy la luz de la verdad que ilumina tu camino, 

Y eres tú el resplandor que da su luz a cada amanecer,

 Y es el Alma en ti la voz que té despierta

Para que sepas en conciencia,

Que he sembrado en ti

La semilla de mi propia identidad…

¿Quién eres?  Yo soy...

Eternamente unidos en una sola realidad...

Tú en mi, Yo Soy en ti