Infinito desconsuelo que siempre le acompaña, que cuida de su espíritu enfermo, apacigua su corazón de ese tan atormentado sentimiento, que sufre y se entristece por esa perdida no deseada.
Que darias por ir a su encuentro y llenarla de cariño, decirle cuanto la extrañas, calma, calma ese corazón, que si muy bien, aun tiene fuerzas, no dejo de repasar en ese dictamen, que el tiempo te puede otorgar.
¿Dónde te encuentras? ¿Dónde diriges tus sentimientos tan llenos de esperanzas?, levanta tus ojos y pide explicación al cielo, de tan sombría oscuridad en tu alma.
Habrá un silencio, solo sentirás el aliento de un suspiro que nace de las entrañas de tu corazón, luego viene el consuelo de haber increpado por la perdida no deseada, de quien vive en tu corazón sin limite alguno, para poder referirle a los demás de su desdicha y desconsuelo.
Principita dormida, que descansas en tu camita de algodón.
Acuérdate de tu abuelo, que como padre te ama con todo su corazón.
Princesita dormida, que con la pureza noble de tu corazón,
llenaste nuestros ojos de lagrimas.
Ayúdame aliviar la tristeza y desconsuelo que existirá por siempre en nuestras almas.
Simplemente Lorena
- Autor: Simplemente Lorena (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2013 a las 01:03
- Comentario del autor sobre el poema: Con mucho amor, dedico estas palabras, a Camilita Curiante (Q.P.D.) y su abuelo Carlos Curiante
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 98
- Usuarios favoritos de este poema: Maly
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