Del orden al
prejuicio de los
hombres, consterna
la verdad de aquella
bailarina mariposa,
preogreso indeciso
de una nota musical.
Roce justo
de injusticias,
palabra en verbo
y rima imprescindible
que decide menester
amor, sueño
e irascible dolor.
Mi luna veladora,
consuelo de necios
y enamorados que
al poder perplejo
avergüenza con
ojos escarlata
esmaltados.
Del prejuicio al
orden de los
hombres otorga
cauta libertad
de un amor pasivo,
deseo efímero
en perfecta eternidad.
- Autor: Sebastian Tovar M. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2013 a las 21:18
- Categoría: Amor
- Lecturas: 123
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