Os saludo amigos.
Intentaré entrar más a menudo aunque no sea tanto como deseo.
Por razones de problemas visuales no puedo estar en el ordenador, por esa razón no podré hacer muchos comentarios, pero abrí para intentar comunicarme poco a poco con todos ustedes porque os hecho mucho de menos.
Un abrazo.
A escondidas viven su amor.
En la oscuridad de la noche
su amor ocultan.
De sus secretos sólo sabe
la clara Luna.
Bajo la techumbre de la noche
despliegan todo su amor
que por ser adúltero
no les conceden perdón.
Sobre verde lecho
perfumado por azucenas
dejan sus cuerpos descansar
tras agitado encuentro
que en la penumbra ocultan.
Testigo de sus pasiones
es la plateada Luna
que corre un tupido velo
para no delatar con su luz
momentos tan bellos.
Ocultos viven su amor.
En secreto guardan su cariño,
pues por un papel firmado
arruinaron sus destinos.
Desde niños se amaban,
desde niños viven sujetos
por un amor que no deseaban,
pero así se lo habían impuesto
quienes su verdadero amor
también ocultaban.
Él es de casa grande,
ella de casa chica,
no les dejaron amarse
por sus desiguales fortunas.
Así lo entendían
quienes no conocieron dicha,
pues también vivieron
sus verdaderos amores
al amparo de la Luna.
Autora: Escapitina
LUISA LESTÓN CELORIO-
2011
Registrado. Toma: CON MI PLUMA EN RISTRE.
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Autor:
ESCAPITINA -Luisa Lestón Celorio (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 26 de mayo de 2013 a las 07:33
- Comentario del autor sobre el poema: ¡Oh de cuantos encuentros amorosos es cómplice la plateada Luna!
- Categoría: Amor
- Lecturas: 155
Offline)
Comentarios1
Cuantos y cuantos amores no ha habido - y hay - de estos, cuyo único cómplice es la misma luna!... Cultura, costumbres... cuanta desdicha han generado en ocasiones.
Leía tu poema y venían a mi cabeza muchas historias de esas contadas, leídas, en todo tipo de lugares y épocas, pero sin saber por qué, las centro en los campos de nuestra tierra, allá hace muchos años, entre 50 y 80 años, donde las apariencias en la misma vida.
Enhorabuena amiga y nuevamente, gracias por tu presencia. Un abrazo,
Pinona
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