Somos pasajeros de un instante
- como quien tiene una balsa -
un instante tiene la rosa, otro tiene el pez
También uno tiene el cedro gigante
el elefante y la magnífica ballena
y aunque muy grande
de tener uno no se escapa
el mismísimo universo.
Vivimos su luz, su dulce y su amargo
habitamos un tejido de segundos que se gastan
nada se puede hacer, simplemente van pasando
Igual que se acaba el aceite de una vela
en un segundo se mueve por última vez la flama
y se va por siempre el instante.
Semejante que la flama
el vegetal, el animal y el Hombre
llega un día que se van, se apagan
Ni siquiera la piedra de esto se escapa
Aunque se diga que es así, o natural
esto es un inmenso problema
que reclama una respuesta útil
¿Con qué limitaba nuestro primer segundo
y qué habrá al norte del último?
¿Flotará cada instante en una gran nada?
¿Fluiremos sobre un inmenso río
que de nada viene y a nada va?
Si alguien puede decir un sí de respuesta
de verdad, con evidencias,
toda la existencia es una gran desdicha
y el Hombre un desgraciado
Víctima de su propia esperanza
o preso de su negación irrelevante.
Como se ve, de nada vale este abismo incierto
prefiero seguir la luz que emana
el que tiene unas marcas de clavos en sus pies y manos
y al costado de su pecho, de una lanza.
- Autor: mario mena (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de mayo de 2013 a las 14:38
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: grabra
Comentarios1
¡Aplaudo tu poema mario!y me sumo
"prefiero seguir la luz que emana
el que tiene unas marcas de clavos en sus pies y manos
y al costado de su pecho,de una lanza."
Bellísimo para mi humilde mirada;mi cálido abrazo de amistad para vos.
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