No podíamos permanecer, amor
en las desoladas estepas que el olvido
nos impone: llanos secos sin luna.
Nada crece en nosotros que no sea el dolor
la pena de estar separados, sin más
que el fantasma de los recuerdos.
Elizabeth, ¡Cuánto nos cuesta reconocer!
Tal vez cuando aquellas estepas crezcan
tanto que nos perdamos sin posibilidad
de un encuentro cierto, desolados por siempre,
añoraremos el jardín al que marchitamos.
- Autor: lapiedraviene (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de mayo de 2013 a las 20:43
- Categoría: Amor
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: Jareth Cruz, la negra rodriguez
Comentarios3
Las desoladas arenas d e la aausencia que a veces ni las huiellas mantiene .
bellos versos.
Est epoema es viejito. Lo escribì para mi esposa, cuyo segundo nombre es Elizabeth, cuando rompimos momentàneamente. Por suerte este rompimiento no se mantuvo, volvimos.
ue bueno que el amor prevalezca y que se consolide mas con esos pequeños enojos.
Tus poemas siempre son una mezcla elegante, amorosa, melancólica y bucólica; con un verso recio. Por eso me gustan tanto. Bueno, y esa pieza es simplemente... épica.
Un abrazo amigo.
Y que bellos debieron ser esos recuerdos
Hermosa historia de Amor la vuestra
Un abrazo sin distancia
Un gusto saber hoy de tì. Cuidate y sigue adelante. Con cariño: Murialdo
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