Tuyo es el rostro de mujer que se me acerca,
Cuando sueño en las noches de penurias;
Yo te veo, te presiento y hasta huelo,
La fragancia que a tu cuerpo lo perfuma.
Con las manos y los mismos brazos,
Aquellos que dejaste atrás cuando te fuiste;
Son esos mismos los que buscan alcanzarte
Para luego despertar sin tu figura
Y haciéndome vivir así más triste.
Porque el amor que sentí por ti, amor tan ciego,
No se borra, ni se calcina en el desierto del deseo;
Y por ende mucho menos logra olvido,
En la otra vida, la que llaman, el
mundo de los muertos.
Si viviste y si viví junto contigo,
El calor de un amor apasionado;
Fue teniendo el corazón bajo esperanza;
De que siempre estuvieses a mi lado.
Pero al final, que más me alcanza,
Sino la mala suerte de esta vida;
Que ella misma no comprende y no se abraza,
Al saber que por tu amor, mucho he llorado.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita
- Autor: José Miguel Pérez Amézquita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2013 a las 10:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 57
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