MI AMIGO EL RATÓN DEL QUESO.

nelida anderson parini



Mi amigo el ratón del queso

con rostro desencajado,

me confesó algo apenado

hallarse en un lío grueso.

 

Parece ser que queriendo

comprar una billetera,

sin céntimo en su cartera

salió de casa corriendo.

 

Estando ya de camino

justo al final de la calle,

cayó en cuenta del detalle

al saludar a un vecino.

 

Como ya andaba apurado

rápido emprendió el regreso,

sin darse ningún receso

corría un poco enojado.

 

Más otro detalle clave

también se había escapado,

hallándose ya frustrado

no pudo encontrar la llave.

 

Molesto hasta los bigotes

llamó a la puerta a los gritos,

tras de los gritos benditos

hubo tunda de azotes…

 

Siendo la casa vacía

ni un alma atendió la puerta,

buscando ventana abierta

sofocado iba y venía.

 

Molesto y desesperado

su mala suerte maldijo,

sin resolver su acertijo

quedose en puerta plantado.

 

Transcurridos los minutos

pensando en mil soluciones,

exploró cientos de opciones

en pensamientos astutos.

 

De repente en un momento

pareció cambiar su suerte,

cuando sorprendido advierte

boquete en el pavimento.

 

Saltando estaba contento

atisbando el agujero,

creyó  que era un coladero

haciendo alegre aspaviento.

 

Más rápido que ligero

en abrir y cerrar de ojos,

olvidándose de enojos

lanzose en el agujero.

 

Adentro todo era oscuro

espacio estrecho y mojado,

pero se sintió confiado

dentro del hueco inseguro.

 

Valiéndose de su astucia

avanzó rápidamente,

corriendo siempre de frente

escudándose en su argucia.

 

Estando a medio camino

sentíase algo cansado,

pero estaba esperanzado

en llegar a su destino.

 

Guiándose por su instinto

y sin pensar en razones,

atento a sus emociones

descifraba el laberinto.

 

Agitado hasta los dientes

con la mirada exigida,

logró divisar salida

tan solo para valientes.

 

Su tamaño superaba

el de la pequeña grieta

¡Ni valido de pirueta

orificio traspasaba!

 

Mi amigo el ratón del queso

es roedor muy osado,

sintiéndose acorralado

ahí mismito hizo seso.

 

Sabiéndose inteligente

sin gran preocupación,

buscando una solución

limpió el sudor de su frente.

 

Armado de uñas y dientes

lanzó dos escupitajos,

dando inicio a los trabajos

haciendo esfuerzos ingentes.

 

Bastaron unos minutos

de dedicación constante,

para que en grieta gigante

su pericia diera frutos.

 

Con una gracia asombrosa

de un salto fue al otro lado,

cuando se vio superado

por imagen horrorosa.

 

Rodó en el hogar vecino

de un ratón malhumorado,

que ahí se hallaba acostado

¡para mayor desatino!

 

Más rápido que ligero

puso a correr su mirada,

viendo una puerta ubicada

en aposento trasero.

 

Tan rápido como pudo

corrió por la habitación,

prestando poca atención

a aquel vecino tan rudo.

 

Corriendo llegó al jardín

al pie de una enredadera,

que usó como una escalera

el pequeño malandrín.

 

Bien servido de su maña

con paso alegre y travieso,

reía el ratón del queso

festejando osada hazaña.

 

Lejos estaba su mente

de enojos, miedo o disgusto,

cuando un repentino susto

surge cual llama candente.

 

Con ánimo relajado

miraba al patio vecino,

cuando por acto divino

se sintió muy asustado.

 

Igual que senda de estrellas

caídas del mismo cielo,

podían verse en el suelo

unas delatoras huellas.

 

Por el miedo acongojado

prosiguó con su camino,

cargando en su pecho espino

rogaba desesperado.

 

Así  es como vino a verme

hecho bolas de pavor,

para pedirme un favor

y de paso convencerme.

 

El ratoncito del queso

es para mí un buen amigo,

sabe que cuenta conmigo

en todo tiempo y suceso.

 

Cleo mi gato goloso

lo escuchó a la carcajada,

sin presentir la jugada

disfruta el cuento gozoso.

 

De tanto que se reía

no capta las intenciones,

que en tantas explicaciones

aquel ratón argüía.

 

El ratón lo que pretendía

es que él a su casa fuera

y estableciéndose afuera

velara de noche y día.

 

Más mi gato que es amable

y  bien conoce de amigos,

tratándose de enemigos

es felino responsable.

 

Aceptó una temporada

hacer guardia con agrado,

pues el ratón ha logrado

atraerle con carnada.

 

Sin plata en su billetera

y con la llave extraviada,

con rapidez esmerada

hoy hurga entre mi cartera.

 

Ahora acabando el cuento

con buen ánimo prosigo,

pues es deber del amigo

servir en todo momento.

 

Por ésta razón yo digo

cambiando gato por hueso:

mi amigo el ratón del queso

se vino a vivir conmigo.

 

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Comentarios +

Comentarios8

  • Angel Reyes Burgos

    Simpático y melodioso poema querida amiga y espero que no tengas gato en casa..jajaja
    Te dejo un beso y feliz día.

  • Melyllo

    Con estos cuentos regresa uno a la niñez, muy lindo ¡Felicidades! Lo guardaré para leerselo a mi nieto de 4 años. Saludos un abrazo.

  • amapolanegra

    Para mi es tremendamente difícil crear un cuento en un poema.. no hay duda de tu talento para ello. Además de llevar también en él una reflexión, o podíamos decir fábula ..
    Eres increíble, poetisa sonriente..
    abrazos enormes para ti mi querida Nelida...

  • Maria Isabel Velasquez

    ME SENTÍ NUEVAMENTE UNA NIÑA... RECUERDOS HERMOSOS LLEGARON A MI MENTE... CUANDO CON MIS HERMANOS NOS REUNÍAMOS Y LEÍAMOS CUENTOS... GRACIAS POETISA POR TUS LETRAS Y LOS RECUERDOS QUE ME TRAJERON
    BONITA TARDE
    ABRAZOS DTB

  • DAMSYD

    Mis respetos y admiración, amiga!!!
    Un cuento hecho soneto que además da reflexión!!!

    B R A V O !!!

    Bello como siempre! Saludos y un abrazo enorme!
    Dios bendiga tu vida y familia siempre, amiga!

  • mario mena mena

    Pues qué ratón más feliz.

  • JADE FENIX

    Me encantó amiga, hermoso como todo lo que escribes.
    Un fuerte abrazo.

  • alicia perez hernandez

    es una belleza
    ME ENCANTO!!
    si me permites se lo leeré a mi nieta
    que le gusta escribir cuentos
    se que le gustara
    abrazos infinitos
    lindo domingo!!



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