No digas que eres mío.
No quiero escuchar de tus labios las mismas palabras que con besos le gritaste.
No quiero que me trates de la misma forma en que a ella la trataste.
No quiero que completes conmigo la rutina que ella no te permitió.
No quiero convertirme en esa que llena el vacío de la huella de alguien más.
Yo quiero que me ames a mi por lo que soy.
Quiero que te enamores de mi y te olvides de ella.
Mi corazón sufre y pide a gritos tu amor.
¿No lo entiendes?
Te amo más de lo que he podido amar en mi vida y tú estás ahí solamente, bofándote de mi amor por ti, llenando tu necesidad de amor sin importar la fuente de la que lo recibes.
Igual pensarás sólo en ella.
Cómo la envidio...
Comentarios2
que curioso....
¿Qué le parece curioso, mi buen?
triste poema, pero de realidad invasiva...
Suele suceder...
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