SOY LA VOZ QUE CANTA EL DÍA

JUSTO ALDÚ

Soy la greda horizontal

donde fecunda el verso

como pequeño universo

del alma, palabra y cal

 

Soy tan libro, tan semilla

tan solsticio, tan sollozo

sutil, débil, poderoso

como un himno sin semilla

 

Cual luminoso escenario

pantalla televisiva

con la imagen siempre viva

y  fiel como un incensario

 

Cual cedazo palpitante

donde se funda el olvido

al recipiente encendido

del intemporal instante

 

Soy la voz que canta el día

que nuestra patria soleada

recibiera entusiasmada

con voz de juguetería

 

Cálida hasta lo imposible

la tierra donde naciste

que de vegetal se viste

exuberante y terrible

 

Ella anidará tus sueños

tus infantiles andanzas

tus iras y esperanzas

en sus barrancos roqueños

 

Tu inquietud bravía domó

y desde un hogar humilde

pero orgulloso y sin tilde

a las cumbres te lanzó

 

El catafalco obsoleto

de provincianas flaquezas

tu visión forjó en proezas

para quebrarlas inquieto

 

Desde esa joven mañana

en que desalfabetizaste

todos los frenos que hallaste

atado tu tierra anciana

 

y  ese bullir parvulario

descerrajó tu horizonte

como se desmonta el monte

para abrir itinerario

 

Entonces los pentagramas

de una música patriótica

te hicieron marcar la nota

con piromanía de llamas

 

Cercenaste mentalmente

tanta injusticia de cosas

de opresiones ominosas

y de fueros de la mente

 

Deletreaste estremecido

con ira viril de gestos

tantos escollos enhiestos

frente a un pueblo sometido

 

Y si como humano te hincan

frente a unos errores otros

eras joven y los potros

antes de la doma brincan

 

Las banderolas al viento

la acción de fiebre en tu mente

la sabiduría es demente

a los pasos del momento

 

Como una visión de gritos

tú que eras el pueblo mismo

diste un toque al hermetismo

de derechos infinitos

 

Entonces la novedad

de tus plásticas verdades

sin temor a vaguedades

te ungieron de realidad

 

Así creciente el escudo

de tu ensoñación erguiste

y al texto del tiempo hiciste

girar con un gesto rudo

 

Y vino el momento tuyo

las azagayas te hundieron

del aire y al aire fueron

los púlpitos del orgullo.

 

 

Justo Aldú

 

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.