Aquella noche cuando te conocí,
me enamoré de ti,
por tu sonrisa de niña cautivadora,
por tus ojos negros y soñadores,
por tus labios frescos color manzana,
por tu cuerpo sensual y divino,
por eso y muchas cosas más,
me enamoré perdidamente de ti.
Aquella noche de cielo despejado
y estrellas lindas,
cuando te tuve en mis brazos,
cerraste los espejos de tu alma
y me ofreciste tus besos dulces
con sabor a miel
y al compás del mío, sentí palpitar tu corazón.
Hoy, que eres mía y soy tuyo,
quiero decirte vida mía,
¡gracias por tanta ternura!
¡gracias por tanto amor, te amo!
Ahora que empecé a quererte,
serás mi cielo, mi mar y mi luna bella,
serás mi fuente de inspiración,
serás la razón de mi vivir,
y aunque pasen muchos años
y no te pueda tener junto a mi,
seré el viento que cada día besará
tus dulces labios,
seré el viento que secará tus lágrimas
cuando te sientas sola y triste,
pero siempre vivirás,
en lo más profundo de mi corazón.
Mallíto Casaño
08/06/2013
- Autor: MJ. Cassaño (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2013 a las 17:29
- Comentario del autor sobre el poema: Solo sé que mi corazón palpita muy fuerte, cuando me acuerdo de ti.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 246
- Usuarios favoritos de este poema: amapolanegra, Gisela Guillén, mariarl, JADE FENIX, Winda, claudia07, Peregrina, alicia perez hernandez, Maria Isabel Velasquez, luisa leston celorio, miriam quintana, Yadira Murta, Viento de amor, MAKENA, Violeta, Mauro Jesús (mallito)
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