[...]
atontado por el vino, poseedor de ojos de perro y de un corazón de ciervo
[...]
Platón, La República - Libro III Nota 22: Ilíada I 225
Me he visto en sus ojos
compañera
como una bestia apacible
en esta época
cuando el cañón a la entrada de Apurímac
está reverdecido
me he sentido puro,
niño
veo
COTARUSE
y un bálsamo cálido se empoza en mi pecho
aceleran los eucaliptos
flores amarillas saludan
-de huarango-
al viajero
impregnadas de rocío
toda vida se aferra a las rocas
roca ninguna se resiste a albergar la vida
¿por qué no habría de darme cuenta?
y el sol
a pesar de su divinidad perdida
alcanza a secar todavía
las gotas de las hojas,
del rostro.
Carloenrique
- Autor: Carlo enrique (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de junio de 2013 a las 02:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: Sara (Bar literario)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.