El vaivén de tu vestido,
ocupa el espacio impredecible de los ojos,
que siguen con especial encanto, tu fisonomía celestial.
Engullen multicolores reflejos de la convergencia concentrada en ti.
Tu, mujer,
te expresas, escandalosamente hermosa,
para disfrutarte en los juegos prohibidos del amor.
Caminas,
como si gusanos de seda, acariciaran tus pies desnudos,
dueña del mundo, de la naturaleza femenina,
que te dio, benevolentemente, el Señor.
Comentarios2
Es un grato placer
poder deleitarme con tus versos,
saludos amigo.
Gracias Amigo!.Es un placer para mi que te gusten estos versos.
Un abrazo
que sentir mi niño
Gracias Maria!!
La mujer en si es un poema de la naturaleza.
Abrazos
que bello niño se agradece tan bello cumplido
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