En las tardes como a las seis tomo café y practico de nuevo, con recuerdo de mi corazón erguido y de juicio perdido, aún así me acerco y le digo: “¿desearía estar conmigo?”.
Los días que sonríe su cintura, le recuerdo mis brazos están armados, culpa de toda su escultura, no le cobrare por uso de mi barbilla, pero deme más melodía de esa que pervierte la melancolía. Deje su mano en mi cabello aunque entre ojos no comprendo, en fin no lo creo, sigo en el jardín y corro a los cuervos.
Camino entre olores de sínica fragancia y nubes de esperanza, trastoco un poco mi cerebro, solo me quedan los chicles y deseos, en fin no importa hoy le escribí otro beso.
- Autor: Candelario C. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de junio de 2013 a las 14:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
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