Alumbrando los lóbregos senderos,
esta el nítido rayo divinal,
le da al hombre sü ósculo frontal,
y su amplexo el superno compañero.
Le concede al calor del sol su fuero
que renueva en el campo lo vernal,
nacimiento de luz fenomenal,
al verte -una cosa- considero.
Eres obra del singular autor,
destello que a los hombres ilumina,
sin excepción alguna sin lindero.
Está a disposición tu resplandor,
un bello amanecer de luz divina,
aquella luz que nació -en el madero-
- Autor: Manny (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2013 a las 22:43
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 83
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