Sobre la violencia y la Guerra

tinchoborges

Sobre la violencia y la guerra.

Un informe de lectura sobre tres textos de tres personajes fundamentales de nuestra historia contemporánea…

 

Por Martín Fariseo

 

Si fuéramos al diccionario, encontraríamos las siguientes definiciones de la palabra violencia: (Del lat. violentĭa): 1. f. Cualidad de violento.  2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse. 3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder. Y si continuáramos en el diccionario y buscásemos la palabra violento/a, encontraríamos estas definiciones: 1-adj. Brusco, muy fuerte o intenso: Ej: un choque violento. 2-Que se sirve de la fuerza en lugar de la razón: Ej: una represión violenta.3- [Periodo] en que suceden guerras y otros acontecimientos sangrientos. 4-Que se irrita con facilidad y tiende a insultar o atacar a otros: Ej: “se pone muy violento cuando le contrarían”.5-Que está fuera de su estado o postura natural. 6-Comprometido, difícil, apurado: Ej.: “me resulta muy violento irme sin saludarla.”

La violencia participa en nuestro actuar cotidiano: O bien la utilizamos, o bien la sufrimos. Y de miles de maneras distintas; No hace falta que nos golpeen para ser víctimas de un ataque violento. Hasta somos violentados por personas que no conocemos. En los medios masivos de comunicación se ve a diario como manipulan la verdad, y como esa manipulación corresponde a determinado grupo, y que a la vez este grupo representa a cierto sector social. O vemos los graves conflictos bélicos que ocurren en otros lugares, o vemos a la represión policial en todo el mundo.

Pero vamos a focalizar nuestro análisis en las guerras. Desde las primeras civilizaciones, hemos visto cómo mediante guerras se han ido destruyendo éstas unas a otras. Y de hecho, gran parte de los períodos históricos se dividen por hechos bélicos: Por ejemplo, el mal llamado “descubrimiento de América” dio paso a la Edad Moderna y este “descubrimiento” provocó una de las más violentas masacres y aniquilamientos de culturas y pueblos enteros. O vemos que hechos como la guerra franco-prusiana sentarían un antecedente para las Guerras Mundiales del S. XX. Y si nos remitiéramos en la historia de cada país veríamos que mediante guerras es que llegaron a ser lo que hoy son. Argentina, por ejemplo,  primero tuvo que enfrentarse a los españoles para conseguir su libertad; Luego, para extender su territorio, llevó a cabo la Campaña al Desierto dejando un tendal de pueblos originarios devastados. También podríamos destacar la participación fundamental de Argentina en la Guerra del Paraguay, un hito poco recordado (que hace un tiempo comenzó a ser interesante para algunos historiadores), pero es claro que este conflicto culminó con el fin de un período de reformas políticas, sociales y económicas muy interesante en el país vecino. Y, por supuesto, viajando velozmente en el tiempo, no podemos olvidarnos de la Guerra de las Malvinas, ocurrida en 1982, que tanto peso tiene en nuestros días, y que ha dejado heridas que continúan  abiertas en el inconsciente colectivo del pueblo argentino.

A pesar del interés que tengo en este tema, no pretendo aburrir a quien me lea y tampoco quitar protagonismo a los inmensos autores que trataré de exponer. Con esta breve introducción, pretendo dar paso al tema principal: Un informe de lectura realizado por mí sobre tres textos: “El arma de la no-Violencia”, de Mahatma Ghandi; “Carta del  Dr. Freud al profesor Einstein sobre la violencia y la Guerra”, de Sigmound Freud y “La inevitabilidad de la lucha de clases en la sociedad” de Mijaíl Bakunin. El primero de estos textos se realiza en un contexto muy complejo: En plena Segunda Guerra Mundial, más específicamente en el año 1942,  Gandhi pronuncia este discurso en el Congreso Indio refiriéndose al apoyo que solicitaba el gobierno Británico al pueblo indio (Recordemos que en ese entonces, la India era una colonia británica). El segundo caso, la carta del Dr. Freud al profesor Einstein, data del año 1932. En estos años el continente Europeo vivía tiempos agitados, luego de la Primera Guerra Mundial (finalizada en 1918) y luego de la Gran Depresión (ocurrida en 1929), el “viejo continente” afrontaba graves problemas económicos y sociales, ya en Italia Mussolini llevaba unos cuantos años en el poder, imponiendo su régimen fascista, en Alemania Hitler iba tomando cada vez más poder, en España la Segunda República se enfrentaba fuertemente con la Iglesia Católica. En resumen, Europa comenzaba a prepararse para la Segunda Guerra, entonces Albert Einstein con apoyo de la Liga de Las Naciones escribía una carta abierta al Dr. Sigmound Freud, y éste le contestaba con el texto en cuestión. Yendo al último de los casos, Mijaíl Bakunin pertenece a un período anterior: al S. XIX. Bakunin fue uno de los integrantes de la Primera Internacional, un revolucionario que sembró las ideas del anarquismo en la filosofía, y en este texto exponía la necesidad de una guerra, como camino inevitable para llevar a la eliminación de clases. Más allá de las diferencias ideológicas y temporales entre estas obras, podría decirse que estos tres responden a una consigna: ¿Puede evitarse la guerra? Y si es que se puede ¿de qué manera? Con esta consigna es que observaremos estos textos, a partir de esta pregunta iré exponiendo las distintas ideas de cada autor. Con este informe pretendo que quien lo lea, pueda comprender tres puntos de vista muy interesantes y  distintos sobre la violencia y más específicamente sobre la guerra. Y que a partir de ahí el lector pueda reflexionar sobre su postura, exprese su acuerdo con alguno de estos importantes personajes o su desacuerdo, y elabore un crítica fundada. De hecho, yo mismo al final de este texto expondré alguna de mis reflexiones, y no para intentar equipararme con estos inmensos hombres que, a su modo, dejaron su huella imborrable en el mundo, sino solamente por mi propio y quizás molesto interés en este tema.

 

Bakunin: “La inevitabilidad de la lucha de clases en la sociedad”

Decidí darle un orden histórico a los textos, para así explicar los distintos contextos donde se desarrolla cada uno de ellos, y darle una continuidad temporal. Por ende, comenzaremos con el escrito de Mijaíl Bakunin, no sin antes dar una pequeña información sobre su vida y obra: Nace en el imperio ruso en el año 1814, hasta el año 1832 realiza estudios militares, en el año 1835 se muda  a Moscú para estudiar filosofía. Partirá desde el estudio de idealistas como Kant, hasta llegar a Fichte y a Hegel. Luego viajó a Alemania donde participó en las juventudes socialistas de ese país, lo mismo en Suiza. El año 1848, año muy importante para las revoluciones obreras, lo encuentra en Francia, el foco de esta revolución. Luego, participó en la Insurrección de Dresde en 1849, por lo que fue puesto preso y condenado a muerte. Luego, su condena  pasó a ser de prisión perpetua, pero logró escapar. Estuvo en Japón y en EE.UU, para luego volver a Europa. En el viejo continente mantendrá fricciones con Karl Marx. Ambos eran integrantes del la Primera Internacional del Trabajo.

Bakunin se caracterizó por ser uno de los grandes impulsores del anarquismo como movimiento político y social. Tomando como modelo la liberación estadounidense del siglo anterior, pero criticándolo, debido a que, según su punto de vista, EE.UU daba libertad sólo a una minoría, buscaba extender este derecho a la libertad a toda la población, la igualdad de sexos, la supresión del estado y la propagación del ateísmo.

“Ciudadanos y esclavos: tal era el antagonismo existente en el mundo antiguo y en los Estados Esclavistas del Nuevo Mundo. Ciudadanos y esclavos, es decir, obreros a la fuerza, esclavos  no de derecho, pero sí de hecho: Tal es el antagonismo del mundo moderno. Y al igual que los Estados antiguos sucumbieron por la esclavitud, así perecerán también los Estados modernos a  manos del proletariado.” Así comienza el texto de este político ruso, dando a entender que aunque la sociedad presente muchos matices -Como la clase media, por ejemplo- las clases principales son dos: la clase dominante y dominada y es irremediable el enfrentamiento entre estos dos sectores. Es inevitable por la explotación que sufre el obrero, mientras el capitalista disfruta del ocio, (aunque trabaje, pues su trabajo es mucho más leve que el del obrero), pero no sólo por eso. Porque esta dominación ha existido siempre, pero ahora lo acompañan al obrero las ideas promulgadas por la revolución Francesa. Ideas de igualdad entre todos los hombres, y esto culminará en el Socialismo, según Bakunin.

Obviamente no dejará de lado las expresiones sobre el libre comercio capitalista. Explicará que el libre comercio en sí, no es algo malo, pero sí lo es el que llevan a cabo las potencias. De hecho es en las potencias económicas donde peor viven los obreros, donde más se siente la terrible pobreza que sufren los trabajadores.

Dada esta injusta relación entre las clases dominadas y las dominantes, es inevitable el enfrentamiento entre ellas. Entonces, yendo al disparador de mi informe, según Bakunin, no podrá evitarse la guerra, de ninguna manera. Pues la terrible situación en la que viven los oprimidos, la pobreza, el hambre, sumados a la toma de conciencia de cuáles y quienes son las causas de este terrible sufrimiento, llevará a los desposeídos a enfrentarse contra sus opresores.

La carta de Sigmound Freud a Albert Einstein:

No es preciso omitir la importancia de esta misiva que funciona como respuesta a una anterior carta enviada por Albert Einstein. Uno, padre del psicoanálisis e investigador como pocos de la historia y formación de las comunidades, de la moral, de la mente humana, de las religiones, y otro, uno de los físicos más relevantes de la historia. Dos de los personajes más importantes e influyentes del pensamiento contemporáneo intercambian ideas sobre la guerra. Fue en ese pre-ámbito de guerra donde se produce este intercambio. En el año 1932 para ser exacto. Europa vivía tiempos muy turbulentos, en donde la crisis de la Primera Guerra era pagada por los perdedores y además caía el peso de la gran crisis económica mundial que azotaba desde 1929. El fascismo de Mussolini en Italia ya llevaba unos cuantos años de crecimiento, y Hitler comenzaba su ascenso hacia el máximo poder. Parecía inevitable que el mundo se pusieraen pos de guerra dados los intensos conflictos que ocurrían. Es en este complicado contexto que el señor Einstein, con el apoyo de la Liga de las Naciones, invita a Freud a un intercambio de opiniones sobre la guerra y la violencia.

Así, Freud comenzará explicando que aunque hoy día concibamos el derecho y la violencia unos contrarios, el origen del primero estará en ella. “Los conflictos de intereses-dice Freud-se zanjan en principio mediante la violencia. Así es todo en el reino animal, del que el hombre no debiera excluirse; en su caso se suman todavía conflictos de opiniones, que alcanzan hasta el máximo grado de la abstracción y parecen requerir de otra técnica para resolverse.” Primero, el hombre comenzó imponiéndose sobre otro por medio de la fuerza muscular, luego, con el uso de instrumentos su fuerza se vio aumentada. Y quienes usaran mejor esas armas resultarían vencedores. La manera más poderosa de eliminar a la oposición es dándole muerte, pero al opresor le es aún más útil que su oprimido continúe con vida, pues podrá sacarle provecho a su posición desventajosa.

Pero, hete aquí, que, como siempre se promulga: “La unión hace la fuerza.” Esto es, la unión de los débiles iguala la fuerza de los fuertes. Y la característica de esta comunidad es el derecho. El derecho es la violencia aplicada por la comunidad, por el conjunto, contra la violencia del único. Y de esta unión surgen ciertos sentimientos, cierta identificación entre los componentes para mantener en pie este conjunto.

Hasta este punto, hablamos en plano ideal de la comunidad. Pero es obvio que ésta se compone de elementos desiguales. Las leyes las hacen los poderosos de ese conjunto en detrimento de los oprimidos. Así, los fuertes intentarán tomar la mayor cantidad de poder posible y los desposeídos lucharán para obtener más derechos.

Ahora bien, Freud ha observado que las dos cosas que mantienen en unión a una comunidad son dos: “La compulsión de violencia y la las ligazones de sentimiento (identificaciones)”. Y yendo más lejos, estás son las pulsiones que quieren conservar y reunir (las pulsiones eróticas, o sexuales), y las pulsiones de destrucción o agresión. Pero bien: Éstas pulsiones no son para nada opuestas; ambas son necesarias en la vida cotidiana del humano.

Sobre esto expresará Freud: “La pulsión de muerte deviene pulsión de destrucción cuando es dirigida hacia afuera, hacia los objetos, con ayuda de órganos particulares.

El ser vivo preserva su propia vida destruyendo la ajena, por así decir. Empero, una porción de la pulsión de muerte permanece activa en el interior del ser vivo, y hemos intentado deducir toda una serie de fenómenos normales y patológicos de esta interiorización de la pulsión destructiva.”

Y aquí viene el quid de la cuestión. ¿Se puede evitar o no la guerra, según Freud? La respuesta no será tan simple, ni una sola. Explicará que si la guerra en esencia es un desborde de la pulsión destructiva, habría que apelar a lo contraria, a la pulsión erótica. Y esas ligazones eróticas pueden ser de dos clases: vínculos parecidos a los que se tienen con los objetos de amor, pero sin metas sexuales. Y otra clase de ligamentos es por la identificación. Eso producirá una unión en las sociedades humanas.

Y luego, otro de los puntos sería que quienes estén destinados a gobernar luchen por la verdad, que reciban una fuerte educación, para no abusar de su autoridad.

Hay que aclarar que cuando nuestro personaje en cuestión se refiere a la Liga de las Naciones, expresa que es cierto que una gran solución sería dejar la violencia en manos de una institución internacional que la regules, pero que en ese momento la Liga no poseía en absoluto ese poder. Así y todo, no veía con malos ojos la formación de esta institución en particular, sino que observaba esta formación como un gran avance en la humanidad.

Para concluir, Freud expresará que todo acto de desarrollo de la cultura será en contra de la guerra.

 

 

 

 

 

1942: Gandhi y su “arma de la no-violencia.”

Nos adentraremos, para dar contexto de este discurso, en uno de los períodos más oscuros de la historia: La Segunda Guerra Mundial. Esta guerra, además de la inmensa destrucción que provocó y de la impactante cantidad de millones de muertos que dejó, llevó a un cambio de pensamientos. Muchos filósofos y pensadores, luego de este terrible hecho, comenzaran a preguntarse cómo el hombre llego a cometer todas estas atrocidades. ¿Cómo se puede continuar luego de algo así?...

Mahatma Gandhi fue uno de los más importantes revolucionarios de la historia, y en su modo de vida y de actuar lleva una respuesta increíble a la guerra, a la violencia: la paz.  

Este hombre fue un destacado político que nació en la India, y que a partir de los años ’20 comenzó a defender a la cultura de su país, en contra del imperio británico. Toda la vida luchó por la liberación de su patria, llevando una vida austera. Promoviendo las huelgas de hambre en lugar de las luchas armadas. Y dando como respuesta  a la violencia, algo simple: la no-violencia.

En el año 42, cuando el mundo se encontraba en guerra, y los alemanes habían invadido Francia, Bélgica, y Polonia, y además tenían sitiada con bombardeos la ciudad de Londres. Hay que tener en cuenta además la actitud invasiva de Japón, aliada de Alemania, en el continente asiático.

Y Gandhi, en el Congreso Indio, responderá que no hay que odiar a los británicos, que en su corazón no existe tal odio. A pesar de todas las medidas destructivas del Imperio Británico para con su pueblo, hay que saber diferenciar entre el pueblo inglés y sus dirigentes.

Y además, explicará, que aunque Inglaterra esté en uno de sus peores momentos, el elegiría no empujarlos hacia el abismo, sino ayudarlos. Porque, explica Gandhi, que los ingleses le darán la libertad a la India cuando ellos hayan demostrado fuerza de voluntad. El fin de Inglaterra significaría una invasión japonesa y una invasión al continente asiático, más luego una posible campaña inglesa de recuperación de sus colonias, dice el político indio.

Entonces, ve como única solución posible la no violencia. Plantea, que en su concepto de democracia, cada individuo sea su propio amo. Y propone la no-violencia como método a seguir para el mundo entero.

 

 

 

 

 

A modo de cierre: Una conclusión y una opinión personal.

 

 

 

Las tres posturas tan distintas han sabido responder a una misma pregunta, así que llegaré a la conclusión de que, por ejemplo, para Bakunin, la guerra es inevitable por el antagonismo de clases que rige a la sociedad capitalista. O, en el caso de Freud, puede llegar a evitarse, tratando de desbordar nuestras pulsiones eróticas en lugar de impulsar las destructivas, sumando además una buena preparación de quienes nos liderarán, y  comenzando con un fuerte desarrollo de la cultura. Y Gandhi, nos propone a toda la humanidad, el arma de la no-violencia y la autonomía del humano: Una democracia donde uno mismo sea su propio amo. Por lo tanto, hemos observado distintas ideas signadas por distintos momentos históricos pero con un nexo en común: La violencia y la guerra.

En cuanto a mi opinión, me limitaré a observar cuánto me veo rodeado por la violencia. Considero a este mundo un lugar totalmente violento. Lennon decía que los hombres nos tapamos para hacer el amor, ocultamos el sexo como algo inmoral, y a la violencia la exponemos al desnudo. A mucha gente puede indignarle que alguien salga corriendo desnudo por la calle, o que dos hombres o dos mujeres se besen y se amen como cualquier ser humano ama a otro ser humano y sin embargo, puede pasar a diario por al lado de algún niño que muere de hambre en la calle. Veo rastros de violencia por donde mire: Las armerías son lugares permitidos por las leyes en todo el planeta. ¡Hasta las guerras tienen leyes! Y las vemos como algo normal. Las fronteras de cada país del globo están armadas. Llegamos al punto de odiar a otra persona porque es de determinado país. Hay racismo, machismo, xenofobia, y tantos tipos de discriminación que me angustio de sólo nombrar algunos. Los métodos de coerción que se producen no pueden ser más macabros.

Sin embargo, sólo aquí he visto aspectos negativos. Pero hay positivos, y sí que vale la pena vivir para descubrirlos. No hay nada más hermoso que los vínculos del amor: la familia, los amigos, las parejas. Todo eso nos da fuerzas para seguir luchando, y de a poco, creo yo, muchos vamos tomando conciencia de la problemática que rodea a la humanidad e intentamos cambiarla. Y por cada maldito ser que destruye este mundo, quienes buscamos el bien y la felicidad reparamos esa rotura. Ojalá llegue el día en que nos demos cuenta que nada en este mundo tiene menos sentido que la guerra y el odio…

 

 

Yendo al marco teórico, comparto con Bakunin el antagonismo de las clases, y de Freud rescato la inevitabilidad de la violencia en la esencia del humano. Somos imperfectos, y nada en nosotros es puro. Y probablemente las clases oprimidas no tengan otro camino que enfrentarse a sus opresores. Pero, por suerte, aquí aparece Gandhi, que nos enseña que la mejor arma es la no-Violencia. Cómo dijo él una vez: “No hay camino hacia la paz. La paz es el camino.”

 

Bibliografía utilizada:

-“El arma de la No-Violencia”, Mahatma Gandhi, 1942.

-“Carta del Dr. Freud al profesor Einstein sobre la violencia y la guerra”, Sigmound Freud, 1932.

-“La inevitabilidad de la lucha de clases en la sociedad”,Mijaíl Bakunin.

- http://es.wikipedia.org/wiki/Mahatma_Gandhi

-http://es.wikipedia.org/wiki/Mijail_Bakunin

 

  • Autor: Martin Fariseo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de junio de 2013 a las 01:23
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 36
  • Usuarios favoritos de este poema: Cock
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.