Ambigüedades
Ya no hay esperanzas,
se marchitó el huerto
y del hogar aquel,
sólo quedan los mismos
cardos que sembraste,
en el dormitorio de la morada.
Aún resuenan en
mis memorias,
las deslealtades,
aquellas que no creía.
Hoy el vuelto a pasar por la casa
y sigan intactos los
abrojos que sembraste
y las espinas que clavaste
en el alma mía.
- Autor: marco augusto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de junio de 2013 a las 14:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
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