Mi vida esconde una pena

en un rincón triste y gris,

allí, quizás yo la escondí 

para que no sientan mi dilema.

Siento mi pena deshojada

cual rincón entristecido,

tiempo, tirado al olvido

 mientras alguien ríe a carcajadas.

Con el alma triste y quebrantada

la vida mia, aún me retiene,

ignorando que mi vida muere

sufriendo por tantas carcajadas.

Enmudecido ante las miradas

hipnotizado por las falsedades,

fúnebre son mis tempestades

y doloroso tener que aceptarlas.

Les divierte las tristezas…

a esos que no han sufrido,

quizás no han tenido a un amigo

que haya padecido de penas…

Mi vida esconde una pena

que ni el tiempo la borra,

porque borrarlas es deshonra

y castigada con mucha pena.

¡ Pobre alma, que dilema !

escuchar esas carcajadas,

de quien no siente la mirada

de ese juez que te condena.

*** J.L.O ***