Es la carne lastimada en una esfera atravesada por reflejos.
Que se me rompen los tobillos y camino sobre tu cama.
Las manecillas de tus manos,
no las extraño no hacen falta.
Hay espacio en mi mente, mi almohada ha
vuelto a ser objeto y no tu espectro.
Se engalana y languidece.
Eva llora en el altar; dios se enamoró de Adán.
Escucha que mis pies son mudos bajo la tierra.
Los corazones deberían ser verdes y el amor materia.
Por los que estamos viendo el cielo desde abajo; te tragaré sol muerto.
Se acoraza tu memoria.
El carbón se arrastra en las venas.
El velatorio a las caricias.
- Autor: Bled (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de junio de 2013 a las 02:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 82
- Usuarios favoritos de este poema: Mar (Bar Literario)
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