Hoy nos sentamos juntas
mi hija y yo.
Su pequeño cuerpo cerca mio
emana un dulce aroma de inocencia
sus rizos acarician mi piel y sus ojos
del color de las violetas se posan en los
mios con la confianza que solo poseen
los ángeles como ella.
Apoyo toda las cuencas de colores
sobre la mesa y junto con un fuerte hilo
de nylon enhebramos lo que sera un
collar que adornara su cuello y podrá
llevar para mostrar a sus amigas lo que
hizo con su mama
Su boquita sonríe feliz, pone en su mochila
cosas ricas para merendar y dirige sus
pasos hacia la puerta de calle,
me tiende su mano y se dirige a la guardería
para jugar como todos los dias
Y el milagro se renueva, yo guió nuevamente
sus pasos acompañandola con un lazo invisible
que une nuestras vidas para siempre.
© Reservados todos los derechos de autor conforme a la ley vigente
- Autor: Laura Uzner (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de junio de 2013 a las 02:10
- Categoría: Familia
- Lecturas: 155
- Usuarios favoritos de este poema: DAVID FERNANDEZ FIS, meryan, Luzbelito, Alejandro O. de Leon Soto
Comentarios3
Un hijo es el tesoro mas preciado,el amor mas incondicional,la frescura y alegria de un hogar y las fuerzas para luchar,bello poema amiga,tov meot,neshicot
Muchas gracias.
Mis hijos son verdaderamente mi oxigeno.
Los amo infinitamente.
Inefable el amor de madre, se siente en tus líneas, es una bendición del cielo.
Saludos amistosos de
Peregrina
Gracias por visitar.
Es verdad,no hay como el amor de una madre.Lo puede todo.
Saludos
Que ternura de poesía......me llegó al corazón .....saludos.
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