Los polluelos que crecen en su nido,
recibiendo atención y entrenamiento,
cuidados, protección, y su alimento,
serán por su destino seducidos.
Pues llega pronto la hora del despido,
levantan su ligero vuelo al viento,
con aleteos suaves y violentos,
dejan tristeza, recuerdos, olvido.
Para quienes se quedan el tiempo es lento,
para los que se parten, suspiro ido,
más, todo fue parte del cumplimiento.
La ley que natural siempre - ha sido-,
levantarse de aquel cómodo asiento,
y emprender viaje a lo desconocido.
- Autor: Manny (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de junio de 2013 a las 23:58
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 124
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