Cubierto por sabanas cálidas, apaciguadoras
De las noches frías de cumbres tenebrosas,
Postrado en la soluble imaginación
Donde elevo mis sentidos en el firmamento de los sueños,
Irradian confundibles acontecimientos de pasión.
En el amargo suspirar y solitario caminar
Los senderos oscurecían y emboscaban mi pensar,
Mis pasos agitados mojaban las laderas
Perdido en el indescriptible anochecer de tinieblas
Los escasos luceros empañaban mi visión
¡Clamar en socorro de un ángel vagaba en mi decisión!
Uno de los luceros opacaba hasta desaparecer
Y el temor hacia mojar mis pasos en el correr
En la colina nublada de gris oscuro
Resplandecía el ángel con cabelleras de plata
E hizo de los caminos un lugar seguro
Con su presencia encantadora y santa.
Fulgurante resplandor envolvía tu presencia,
Cara angelical y tierna mirada
Brillaba en deleite admirado en mi conciencia,
Alas remeras que abrigan refugio y protección
Eras tú, mujer divina y silenciosa.
Acariciaste mi semblante con tus alas
Me llevaste a la cúspide de los cielos
Hablándome de amor alentó mis esperanzas
Y con un beso marco en mis mejillas un adiós.
Cada noche reclamo los sueños encantadores
Allí… eres mi guardián y mi amor de resplandores
Me salvas en los confusos bosques del olvido
Y alejas por instantes el tormento vivido
Sin despertar cada amanecer, con mi ángel de sueños
Quiero morar contigo surcando cielos despejados.
- Autor: Poeta del silencio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de junio de 2013 a las 21:24
- Categoría: Amor
- Lecturas: 139
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