Mi cuarto ese que está
en escombros por las noches frías
de este tibio invierno.
Dios es un hueco
resto oscuro decreciente.
Mis manos en mi garganta
otro oscuro refugio de voces.
El tiempo… apagó
silencio de coseno dioses.
Habitándome
la muerte en mis células.
Pestañando conmigo cuando
la palabra es posible.
Huérfano de afán
presuroso sobre mi
sombra más confiada
En el principio te llamaba
desde la obertura de la luz.
Ahora en llamas
intento con los parpados.
Imagínense las iconografías carnadas.
La oscuridad, los ojos en el aire molidos.
La habitación se llena de voces
los muros peregrinan entre si
todo se mueve suave
hasta la ternura de callar.
Se filtra es más el pordeir
más que el porvenir.
Inusual opuestos hasta
perderse en el jamás.
Lo que callo ha de callar.
Pronto esa habitación será un ojal
Cualquier cosa antes
de mi suicidio celular.
En el ahora puedo
destrabar palabras
Ahora voy a llorar.
Este es un intento
de oxigenarte…Muerte.
- Autor: Carlos Casagemas (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de julio de 2013 a las 22:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 107
- Usuarios favoritos de este poema: Mar (Bar Literario)
Comentarios1
quieres sobrevivir, es lo que creo dice el poema
también creo que es eso, y se ve como pierde la fe de que dios venga a ayudarlo.
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