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Cuántas veces al día usamos transporte público para trasladarnos de un lugar a otro, nos sentamos con distintas personas que llevan consigo un sinfín de situaciones de vida… hasta entablamos conversaciones amenas, que en su momento sentimos que el camino se hizo más corto. Asimismo, cuántas veces vemos en esas unidades subir personas bajo el consentimiento del conductor, que se ganan la vida cantando, recitando o haciendo algún arte de magia y hasta vendiendo productos al mejor estilo de “remate” o de “oportunidad” y, lo que más llama la atención también, es ver personas subirse en tales unidades de servicio público y que tienen que pedir por “necesidad” ya que la vida según, les quitó la oportunidad de trabajar, amén de algún impedimento físico.
Ciertamente se ganan la vida, pero al precio que sea, pues no están exentos de la indiferencia y el maltrato que quizá muchos pasajeros les dan, pese a que ya están cansados de que diariamente y varias veces al día, tengan que presenciar cada cuento que esos señores y hasta señoras vengan a plantear por unas monedas de real. Si bien es cierto que la situación económica de ellos no es alentadora, la de los pasajeros en muchos casos tampoco lo es y tener que dar dinero frecuente por “algo” dentro de esas unidades, se presta para generar una molestia que hasta colectiva pudiera ser.
De todo esto, en algún momento de esos ya mencionados, seguro hemos caído comprando lo que parece ser útil o dando dinero por caridad y lo que peor puede parecer, es que solemos responder afirmativamente a lo expuesto por ellos, porque nuestra fe en la buena voluntad siempre está ahí presente, en el día a día. Pues bien, acá traigo una experiencia de vida que bien vale la pena atenderla, pues ésa no está del todo entre las que ya les mencioné.
Hace un par de semanas atrás, luego de una divina jornada de trabajo, iba en un autobús rumbo a mi casa, con el cansancio a cuestas y pensando en muchas cosas que haría al llegar, entre ellas, poner los pies debajo de la mesa y disfrutarme de un suculento almuerzo, cuando de pronto en una parada se sube un señor bien vestido, que traía en un bolso cruzado y de color negro, con unas tarjetitas que decían que él era “sordomudo” por supuesto, como en un principio no escuché nada y me llevé la sorpresa de ver que ya la tenía en mis manos, me propuse a leerla. Fue pasando de puesto en puesto y, como yo estaba sentada en el primer asiento, eso me permitió el tiempo suficiente para observarlo de arriba a abajo y en todo lo extenso del autobús, de tal manera que nadie se quedó sin recibir una de esa tarjetitas. De inmediato se fue a la parte delantera, al lado de las escaleras y mostró un cartel que decía que pasaría recogiendo la colaboración que cada quien quisiera ofrecer y así lo hizo, por supuesto, siendo que se trataba de un “impedimento” de cierta manera eso toca el buen corazón de muchos y gentilmente recibió dinero de casi el 100% de los pasajeros.
Una vez terminado su cometido, el señor se paró al lado del chofer y le dirigió unas palabras para sorpresa de muchos que le seguíamos sus pasos, posteriormente nos dijo: “No señores, yo ni soy sordo ni soy mudo sólo vine a alertarlos, porque ustedes muy generosos todos, también son inocentes y caen fácil en estas trampas, yo no quiero su dinero y se los devolveré, sólo quiero que aprendan la lección y no caigan en trampas así”. La respuesta inmediata de todos fue un silencio asombroso y posteriormente un murmullo que se tradujo en risas de desconcierto y finalmente en un aplauso efusivo por parecerles buena la acción y la lección que el hombre vino a dejar, tal fue así que la gente no quería el dinero de vuelta y los comentarios sucedieron…
Moraleja: “No todo es lo que parece”
Una vez más la vida presenta razones suficientes para desconfiar de los desconocidos y/o supuestos necesitados… verdaderamente, es un arte la venta en las unidades de transporte público, valórenlo ustedes a ver.
Hija del Sol
Julio, 2013
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Autor:
Hija del Sol (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 14 de julio de 2013 a las 12:52
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades., Khadija (Alyamar), claudia07, Andra
Offline)
Comentarios5
Mas que eso... dulce amiga... es tratar de vivir... o mejor dicho sobrevivir... yo le hice alguna vez en mi vida... se lo que es en toda su dimensión... gracias por plasmarlo con la magia de tu pluma... para hacernos reflexionar... siempre un enorme placer leerte.
Cálido abrazo con cariño infinito de mi alma a la tuya -al corazón incluido- , que tengas un hermoso y placentero día.
Trovador de Sueños ...y realidades.
Cierto amigo, muchos lo hacen por tratar de sobrevivir a la situación económica y se entiende ufff, he visto cada caso que conmueve, sin embargo, éste no lo había visto y me pareció muy interesante la experiencia.
¿Sabes? yo conocí a un muchacho, con quien entablé cierta amistad en su momento, lo conocí lejos de esa actividad, sin embargo me contó que en sus tiempos de muchacho inventor, se subía a las unidades y se mostraba como joven desamparado, huérfano y muerto de hambre, pedía dinero y luego lo usaba para diversión con sus amigos, él lo contaba como una hazaña de muchacho, pero también reflexionaba de cómo se había burlado de tanta gente en su momento.
Lastimosamente, esa actividad así como muchas otras se prestan para que personas que no tienen necesidad de verdad, abusen de la buena voluntad de otros, realmente nada fácil para quienes tienen que recurrir a esa actividad por verdadera necesidad y tampoco para los pasajeros quienes presencian cada historia y tener que valorar si es cierta o no apelando a sus sentimientos, emociones y experiencia de vida, además de la percepción momentánea para decidir si dar o no el dinero por caridad o por comprar.
Gracias Carlos por tu participación acá en mi entrega, siempre me gusta tu presencia, un beso y que tengas un lindo domingo.
Cariños poeta...
Un abrazo mi dulce amiga del alma.... mi cariño siempre para ti.
La pobreza es más que no tener recursos, está también sociada con no tener un oficio con el cual ganarse la vida, que no le importe a la persona no hacer ninguno aunque fuera el más sencilo, y porque la vida ha llegado a un nivel de drama, que no queda más que recurrir a hábitos como fingir que vienen de lejos y fueron asaltados, o tener una enfermedad falsa. Esto es parte de nuestros cuadros urbanos, en Costa Rica también ocurre.
Apelan al sentimiento y al buen corazón de la gente, por acá llos medios TV han seguido a algunas personas que hacen eso y muestran el hecho más externo del timo.
En fin, todo eso forma facetas de la pobreza, de lo que es más que no ganar el mínimo, un drama complejo, donde yo prefiero dar la moneda. "Al que te pida dale"
Ay Mario, en una oportunidad presencié una historia de dos hombre que se subieron a una unidad de transporte público, decían que les habían matado a un amigo, que ellos eran expresidiarios y muchas cosas más feas, casi que sacaban el revólver, sus palabras fueron amenazantes, el miedo que transmitieron hizo que cada quien algo les diera ufff... hasta en eso hemos caído acá en mi país.
Gracias por tu participación, un cariño amistoso desde mi bella patria Venezuela, que por supuesto no todo es malo eh!
Feliz domingo Mario.
Hay que cosas pasan en la vida ahhh .. así es mi bella Liss... yo he tenido la oportunidad desgraciadamente de desencarar algunos impostores que juegan con la buena fe de la gente ... como tu lo dices ya no se cree que realmente se necesite.. por mi casa en el metro Rosario viene una familia de la ciudad de Puebla.. esa ocasión se subieron los niños y una gringa que venía a mi lado traía una torta comiendo , uno de los niños le pidió y ella sin titubiar se la dio el niño dio las gracias y ya se iba.. la chica lo tomó de la mano y le dijo quiero te la comas aquí frente de mí ... el niño no acepto le dijo que tenía que llevar a su mamá de lo contrario le pegaría al saber que comió y no le llevo nada... Todos observamos sin poder decir nada chica de igual forma lo soltó y agachó la cabeza en muestra que se sintió mal... sin palabras mi Liss hay gente pordiosera que gana más dinero que uno que se la pasa en una oficina todo el día ... Me extendí perdón , pero tu haces que uno se adentre y mira me hiciste recordar ésto... gracia por tu forma de ser... la quiero !!!
Apretujadito y sonrisas !!!
¡¡¡Wow!!! Interesante experiencia me cuentas amiga, disculpa que llegué tarde a responderte, mis compromisos laborales a veces no me permiten llegar a tiempo.
Gracias por compartir siempre tanto de ti, un abrazo.
ya no hay respeto amiga ese es el problema y a veces los que realmente precisan no se les ayuda por culpa de algunos vivos , abrazos amiga ,
Así mismo es y verdaderamente es una lástima que el ser humano actúe así, jugando con los sentimientos ajenos...
Gracias amiga por tu presencia tan especial, un abrazo.
Un tema auténtico, sentido, reflexivo y plasmado con todo tu talento literario, Lis. Me ha agradado inmensamente.
Mi saludo. Un abrazo.
Hugo Emilio.
Gracias maestro, te quiero mucho, un abrazo inmenso...
Espero que todo vaya en franca mejoría por allá, continúo pendiente.
Ah!, ofrezco mil disculpa por no responderte antes Hugo, me ha sido difícil estar por varios espacios.
También yo te quiero mucho , amiga. En franca mejoría, sí.
Nos estamos comunicando. Un abrazo.
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