Nunca dejo de pensar en los enfermos de Alzheimer, que están bajo la voluntad de quien los aguanta sin ganas. No todos, pero la mayoría, estorban, me lastima, mirar a seres humanos que fueran elegantes inteligentes, trabajadores, padres extremosos, maridos ejemplares, ahora sentados en sillas, sin voluntad propia sin facultades, mentales ni para ir al baño. No conociendo a su familia en su mundo cerrado, vegetan, viviendo de la buena voluntad de alguien.
Quince años, he convivido con alguien en mi casa, antes decían que era “arterioesclerosis” sé lo que he llorado.
Figura imponente, bellísima, llena de vida, cuando la fui a buscar, si la hubiera visto muerta, creo que no había sufrido tanto. A pedazos mi corazón cayó en el suelo. Sentada en un sillón, con mirada vacía, el pelo cortado muy corto, un hematoma en el frente, un cinturón la tenía presa, para que no se cayera al suelo, no se entendía lo que decía, la miré, volví a mirar, sus manos la cogí miré sus ojos con todo mi amor, estaban con una niebla vagueando por mi cara, no me reconoció, mi Madre, ¿¡era mi Madre!? Cómo es posible que la transformación fuese tan terrible, ¡que disgusto! Una semana metida en cama llorando la he pasado, intentando una solución, como no tenía la fui a buscar e en mi casa con todo lo que podía dar la tuve con todo mi cariño, trabajando de las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, siempre pendiente de ella, llamando a la empleada por teléfono, así fueran quince años. ¿Arrepentida!? No. Nunca. Volvería a hacerlo de nuevo, pues si mi disgusto fue siempre no poder tener a mis Padres en mi casa, sentados en el jardín, mirando a su nieta, con conforto e bien estar, ¡hubiera sido la persona más feliz de la tierra! Yo la salvaje, la indomable, la que vivía en medio de trigo dorado, mis mascotas, subiendo a los árboles, corriendo por la avenida de la finca, a escondidas con mis perros, yo, la que nunca prestaba para nada, que casi era olvidada, por ser la intrusa, pues había una diferencia grande de edad, para mis hermanos, casi vivía entre el personal que trabajaba en casa.
Pues yo, la única que con mi amor cogí mi Madre, que hice compañía a mi Padre e que en sus días de enfermedad, nunca lo he dejado, mismo con mi vida triste e infeliz de mi propia casa, nunca por nunca, he estado ausente. Con orgullo, sé que hice todo hasta el imposible por ellos.
Los frutos los cojo ahora, abandonada, mal querida, incomprendida, rebajada ¡e sin estar enferma! La vuelta ya la he dado por encima, otras personas en su sitio, por suerte sin querer las he encontrado.
Los designios de Dios, son insondables, Él sabe lo que tiene que hacer, a mí solo me queda aceptar y agradecer, pues en el fondo de mi alma lo siento presente en la tristeza e alegría, para tener su perdón, tengo que sufrir. Lo haré´ y lo hago, con humildad e esperanza, para que pueda tener un poco de felicidad e perdone a quien tanto quiero y no lo entienden.
A ti que te has cruzado en mi camino, en un momento tan difícil, solo te pido, abrázame fuerte, siempre, bésame con cariño, coge mi mano apriétela bien, hasta que mis ojos dejen de ver, mi alma sentir e mi cuerpo sin vida, ser un recuerdo para ti, Amigo, dulce Amigo, nunca me dejes, que sea tu voluntad e no por deber.
Oporto, 16 de Julio de 2013
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de julio de 2013 a las 08:43
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 58
Comentarios1
MI QUERIDA AMIGA HICISTE TODO LO QUE ESTUVO A TU ALCANCE Y DIOS TE PREMIARA... YA TE EMPEZÓ A PREMIAR CON JAVIER... CON TU SALUD Y VENDRÁN MUCHAS COSAS BELLAS PARA TI... CLARO QUE NO DEBEMOS OLVIDAR QUE NO TODOS LOS CAMINOS... SON SOLO ROSAS TAMBIÉN LLEVAN ESPINAS Y ESAS SABEMOS YA TE HAN PUYADO... RECUERDA HAY MAS COSAS POSITIVAS QUE NEGATIVAS
FELIZ INICIO DE SEMANA
ABRAZOS DLB HOY Y SIEMPRE TQ
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