Desde mi nacimiento,
empecé a sentir tus caricias,
me acostumbraste a necesitar tu calor,
a sentir tu abrazo amoroso y protector
y el arrullo más dulce entre cantos y risas.
Pasé mi niñez sumergida en tu amor
invadiendo tu espacio y robando tu tiempo,
y tu complaciente me atendías sonriendo
cuidando a tu nieta cual delicada flor.
En mi adolescencia
surgió la natural rebeldía,
pero tú con paciencia vigilabas mis pasos,
aunque tu enojo asomaba si no te hacía caso
siempre me alentabas a ser mejor cada día.
Hoy que los años han mermado tu cuerpo,
con tu mente perdida tal vez en el ocaso,
quiero acurrucarme otra vez en tu regazo,
abrazarte con fuerza y llenarte de besos.
Quiero agradecer tu compañía y enseñanzas,
decirte mi vieja que de ti me siento orgullosa,
que seguiré tu ejemplo de una vida honrosa
para inscribir la mía
en tu extraordinaria semblanza.
Padre nuestro que está en el cielo
y en mi vida,
pido permiso para postrarme ante mi abuela,
deja que mi fe en ti se derrame en ella
porque consciente estoy
que se acerca la despedida.
Bendición viejita querida y consentida,
quiero mostrarte una vez más mi adoración,
deja que te cante la más bella canción
y decirte que serás eternamente mi guía.
!QUE DIOS TE BENDIGA!
- Autor: TucididesLopez ( Offline)
- Publicado: 15 de julio de 2013 a las 19:24
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema lo escribí a petición de mi amiga Kathiana Nava, en honor a su abuela.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 5491
Comentarios2
Precioso homenaje!!!
Hermoso poema, feliz estara tu amiga y sobre todo su abuela, porque estoy segura que le llegará a su corazón.
Saludos, un abrazo para las tres.
Claudia Alhelí Castillo
Gracias amiga. Un abrazo!
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