Siento a mi espalda el calor de tu mirada,
Esa mirada que a cada paso se hace más lejana.
Escucho el confuso sonido de tu voz perderse,
Mientras me adentro en la soledad y muerte.
Soñé con la vida, fuera de estos muros,
Que conforman la prisión de estos sueños mudos.
Sueños sin voz, o si acaso perennes murmullos,
De la burlona esperanza que se perdió en tu mundo.
Mi decisión, mi soledad... Mis anhelos desvanecidos
Y a la vista del camino que se esfuma allá a lo lejos
Soy consciente que es camino sin rumbo, sin destino
Donde gobiernan mis reglas, donde no hay olvido
Y aún en esta marcha fatal a la lóbrega mazmorra
Te pienso y te sueño y con desesperada fuerza
Mi corazón te aferra, ya perdida, o quizá nunca mía
Te amé...no. Es: te amo. Y renuncio a tí, porque...
Comentarios4
Mi decisión, mi soledad...
es muy duro...pero la soledad puede ser una amarga y dulce compañia....lo que sin dudas va a ser, es una buena maestra.
omg!!! absolutamente hermoso!!!!!
Trágico, triste, pero profundamente sensible y honesto. Me ha encantado!!!!!
Excelente poema realmente llega al alma
Magnífico poema! tristeza, dolor y honestidad.
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