LÁGRIMAS en el PISO

... Y en la noche, pensar, será posible que en verdad mis palabras calen hasta tu corazón inconmovible ...





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LÁGRIMAS en el PISO:




No sabes cuánto he pedido arrodillado a Dios ante su altar, no ser mas el mal querido sumido a la espalda de tu olvido, cuyos bellos ojos glaucos no desean notar mi recordada presencia, frente a ti, sin poder hacer mío, todo ese calor habido sobre tu anhelado pecho desnudo, negándome la palabra, tu risa y amorosos gestos, dándome a entender con desprecio que no pude encontrar la forma ideal de conocerte, bien, haciéndote feliz en estos brazos que te hicieron mujer al mostrarte con y por amor sincero el camino del bien y del placer sentido en la piel, enseñando a tu inexperta boca, como era que se besaba a un hombre, apasionadamente, para apagar la sed de su alma...

No sabes cuánto he pedido arrodillado a Dios ante su altar, que me conceda la dicha por milagro de un cambio para nuestra sufrida vida al repetirle tu querido nombre con incansable fe, creyendo a veces que el Señor se ha apiadado, oyendo mis súplicas, porque cuando te he hablado pareciera que estuvieras escuchándome deteniendo tus pasos unos instantes y aunque no volteas a verme a los ojos, pudiera interpretar que algunas palabras estarían calando hasta tu corazón inconmovible, tocando fibras profundas de sentimientos aletargadas en el tiempo por los espacios vividos de desamor, pues en ocasiones al marcharte a tu alcoba he visto lágrimas en el piso.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 10072013 08:40 PM.