Polizón de tu Alma.
Fue en una tarde de invierno, en el corazón yo tenía un desierto y en el alma siempre un lamento, fue, entre el frío y la noche, entre el dolor que se hizo reproche y con juegos que se hicieron caricias, de labios, rozando nuestras mejillas.
Me subí casi sin pensarlo, sólo con desearlo en un corazón maltrecho y entre susurros a oscuras, entre besos con ternuras y con deseos inusitados, me convertí en polizón de tu alma, robándote así la calma que hasta entonces habías usado. No fue algo preparado, nada fue planeado, sólo la fuerza del río, la inercia del desvarío y la locura del tiempo, quien nos arrastró hasta ese momento, nos regaló cuatro horas de tiempo y dos bocas en el pecado.
Me rogabas sin soltarme, mezclabas pasión y coraje mientras me hacías un traje dibujado con tus manos y en la oscuridad de aquella estancia, le robamos al pasado la cobardía perenne que habíamos heredado.
Fuimos esponjas de tiempo, la pura sed del desierto y cuerpos hechos pan, de dos verdaderos hambrientos, fuimos pasión sólo con besos, remolinos de tormentos y desenfreno mendigo de todo lo que hasta entonces, nunca los dos tuvimos.
No, no me arrepiento de haber perdido la calma, de haber compartido contigo el ser polizón de tu Alma, de sentirte cada día, de albergarte con delirio, de desearte cada instante aunque fuese errar el rumbo del minucioso navegante.
Autor.- Rafael Rivas.
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- Autor: Rafa Rivas (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de julio de 2013 a las 20:35
- Categoría: Amor
- Lecturas: 45
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