EN EL ÍNTIMO

En el íntimo, quedan palabras, sin decir, gestos sin hacer, besos que no salieran de los labios, recuerdos de lo que no hicimos en momentos sin coraje.

En el íntimo, queda el arrepentimiento de no haber sido  un poco egoísta. En el íntimo están todos los que en algún momento nos hicieran felices.

Mirando el cielo azul  casi al final del día, sentada en mi sofá, pienso que muchos ojos me estarán mirando, sin poder ayudarme.

La falta que me hacen en mi intimo están también, no lo comento con nadie es mi secreto. Si supiera lo que sería mi vida pasados algunos años, seguro que hubiera vivido de otra manera. Ahora es tarde y no se puede cambiar la manera de ser y sentir de los otros.

Cortando con la tijera  del destino, en pedazos está quedando lo que con sacrificio e buena voluntad he  conseguido.

Con un esfuerzo titánico, intento no darle importancia, pero en mi íntimo queda el dolor de tener que hacerlo.

Creo que una grande parte de la gente, pasa oh ya pasó lo mismo. Callados hacen de cuenta que no pasa nada. Pero en su íntimo lloran como yo.

Son extraños en la multitud, desapercibidos viven con sus recuerdos, sienten una sensación de ternura, dolor, esclavatura de sus sentimientos que no da para demonstrar. Por eso, sus momentos de reflexión son solo de ellos.

Yo al revés lo dejo en papel, no importa que lo sepan, importa sí que piensen que en la vida hay mucho más de lo que se ve.

Nunca he soñado mucho, ni tampoco hice proyectos a largo plazo, quizá por ser simples  y no saber cómo es cruel la vida. Solo con el pasar de los años viene el resultado final de una vida sin sentido, pues solo estuvimos pendientes de los otros.

Sin una edad  definida, cuando se quedamos  sin nuestra pareja, se derrumba todo. Lo que se marcha era el bueno, lo que queda es un estorbo, para la Familia.

No lo pensamos pero por mui mal que estemos es nuestro suporte.

Llega un momento tremendo, oh por que se tiene que vender algo que hizo parte de nosotros como sea una casa,  oh por que se tiene que repartir lo que se  compró, con sacrificio, los hijos ya no son nuestros, tienen otro alguien como compañía.  Se empieza temprano a  construir y de repente todo se destruye. No queda nada, solo la magua en nuestro íntimo de ver todo a terminar como un castillo de cartas, que con un pequeño soplo de avidez se cae al suelo y es pisoteado, sin humanidad.

Pensando en las vueltas de la vida, veo que todo es vago, que no tiene sentido, el  construir una familia dar afecto, sacrificios hacer, olvidarnos de nosotros, dar lo que podemos e no podemos. Total todo termina en un simples adiós, cuando se marcha nuestro compañero.

Como en un desierto, aves de rapiña, esperan el momento de atacar, nuestra alma dolorida y cansada.

No lo harán por mal, debe ser la ley de la vida, somos lo que somos y nada más.

A mí me queda mi íntimo, la virtud de saber que he cumplido mi misión e que nada hice de mal.

 Un manantial de sentimientos, que con el correr del tiempo se transforma  en  nada solo, en un murmurio de quejas, que solo  cada uno escucha.

Si pudiera dar sentido a la vida, lo daría, si pudiera dar paz a mi espirito, también, pero solo puedo intentar sobrevivir en los destrozos que es mi vida en este momento.

Casi nada, un poco de sol rompiendo la niebla, son mis días. ¿Quién sabe? Quizá el mañana sea mejor, así lo deseo e espero.

Oporto, 30 de julio de 2013

Carminha Nieves