Las aves se levantron en pleno, azoradas
inundaron el cielo de algarabía y plumas.
Sintieron gran escozor en su corazón
buscaron refugio en ese eter
que siempre les ha dado una visión
inmejora de cuanto sucede.
Los otros animales, aquellos
incapaces de dominar el aire
se fueron adentrando en lo más
intrínseco de la montaña o en el
fondo de sus antañosos dominios.
Parecería ser un dinosaurio, un gigante
mitológico algo bien, pero bien grande
capaz de causar tal estupor.
Rodaba por el aire un sonido antes
nunca escuchado que no cesaba,
escapaba humo por diminutos carrillos
y uno que otro animal diminuto
que emitía insabidas cosas
con un raro dialecto mientras
el bosque se caía a pedazos,
como un castillo de arena.
Había llegado un velocidestructor
llamado HOMBRE.
- Autor: YULERIA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2013 a las 22:37
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 64
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