Que de tus manos yo me envuelvo
en dulce velo te contemplo
cuando en la noche siento de tu amor el templo
y del pecado de besar tus labios yo me absuelvo.
Tanto siento que te quiero
que cada beso yo deseo
aunque sé que ya de ti poseo
tus osados movimientos por los que yo muero.
Dulce, fragante, bella y hermosa mujer
quizas he de verte como el agua
fresca de cada mañana,
puedo vencer mis propios demonios
si asi mi bella dama tú lo quieres,
pero como luchar contra tus demonios
que callada tú prefieres?.
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