Abigail, desde que te fuiste no puedo pensar
Claramente en mis ciento y un poemas que dejaste,
También odio demasiado las clases de los domingos,
Rio menos y camino más por calles desiertas bajo el cielo,
Desde que te alejaste cuantos lugares se han tornado vanos,
Ahora compro más café y también uso más mi pluma,
Manejo menos, para no recordarte en aquellas carreteras,
Paso más tiempo en casa tratando de descifrar tu encanto.
No podría pensar claramente en tu bello rostro de cristal
Porque la constancia de tu ausencia nubla tu recuerdo,
Ahora visito más el puerto y su malecón con sus lanchas varadas,
Intentando lavar esta soledad anclada en mi océano de felicidad,
Camino por la arena tratando de dibujarte con la espuma de las olas
Creyendo que podre encontrarte en alguna cabaña vieja y olvidada,
Y quedar de acuerdo en abrir algún vino añejo y reír hasta el amanecer
O simplemente contemplar el mar y su atardecer yo con mí
Mano sobre tu hombro y tú con tu cabeza sobre el mío.
06/07/2013
- Autor: Orlando Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2013 a las 23:14
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una hermosa muestra de talento poetico amigo Orlando Romero
Saludos de amistad y afecto
Críspulo
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