Yo me entregué
como se entrega el lirio a la caricia fresca del rocío y de la lluvia.
Yo me entregué
como se entrega el trigo al viento blanco del pan.
Yo me entregué
como se entrega el lago a la brisa y a las tempestades ...
No me guardé ni un gesto, ni una idea,
ni una mirada, ni una palabra, ni una caricia, ni un sacrificio ...
Todo lo di
cuando no te conocía,
cuando ni te soñaba,
cuando ni siquiera imaginaba que existieras ...
Y ahora que estás
Que estás allí, detrás de esa puerta, esperando...
No me animo a abrirla.
Si la abro,
seré generoso conmigo
porque te encontraré en tu primavera y con todos tus sueños
pero seré egoísta contigo
porque me encontrarás en mi otoño y con todos mis pasados.
Y me debato, sufro,
Asumo mi llanto...
En este espacio vacío, pequeño e infinito
encerrado por las puertas del ayer y las del mañana.
Las puertas del ayer,
las que se cerraron, ya no se abrirán ...
Y la de hoy, la que está ahí, esperándome...
La que podría salvarme,
no me animo a abrirla ...
- Autor: Gabi68 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de agosto de 2013 a las 22:03
- Comentario del autor sobre el poema: Mientras me imagino encontrar a una mujer a la que siento que amo, pero no me animo a planteárselo porque arrastro los fracasos de mi pasado.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 64
Comentarios1
Buenísima me encanto,muy buena la expresión.
Saludos.
Muchas gracias Cristian por tu comentario. Sabes que escribir lo que se siente causa un gran placer, pero más cuando a alguien le llega, le gusta. Un cordial saludo, Gabi68
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