Motivada por la angustia pensé que podría escribir. No logré una idea. Busqué consignas por Internet, chateé en portales literarios. Al amanecer permanecía en mi escritorio. Veo que el espejo muestra una sonrisa que me invita a ser su cómplice…
Sucede que el moño colorado fue un interesante diálogo con un escritor de impecable pluma y caballerosidad. Me invitó a desayunar. No respondo, insiste con respeto. Y como siempre fui algo compleja y audaz subí a mi auto y arribé, adrede, antes que él, al bar.
Nos sorprende el mediodía, despabilados como adolescentes. Entre anécdotas y gustos en común, intentábamos cadencias. Hoy escribimos juntos la vigésima. A mano. Y ya no nos separan monitores.
Comentarios4
Pues me alegro mucho que no haya monitores por medio!
abrazos amiga linda!!
Gracias Amiguita!! Besos!
Bella prosa narrada para nuestro deleite.
que bueno que los monitores ya no hacen falta.
" Nos sorprende el mediodía, despabilados como adolescentes. Entre anécdotas y gustos en común, intentábamos cadencias. Hoy escribimos juntos la vigésima. A mano. Y ya no nos separan monitores. "
un cALIDO ABRAZO
Gracias por leerme!! Un beso =)
Un buen final... para una excelente historia... excelentes prosa. Un gusto leerte, querida y dulce amiga.
Cálido abrazo con cariño, que tengas una linda tarde.
Trovador de Sueños ...y realidades.
Gracias por tu estímulo, Querido Carlos Un abrazo sureño de esta Aprendiz De Poetisa Que Se Atreve... =)
OYE NENA ERES MUY BUENA ESCRIBIENDO
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