La tarde pintaba una hermosa pincelada,

En nuestra pequeña y acogedora morada,

Mientras la luna la iluminaba,

En su haz de luz enamorada,

Entre la boscosa y nocturna enramada.

En la que nuestro amor de los muros emanaba,

Mientras tú yacías en mis brazos hipnotizada,

Yo vigilo tus hermosos sueños

En nuestra noctámbula alcoba de seda,

En este oscuro e infinito silencio,

En que con nosotros la luna se acuesta,

En nuestra casa, al borde de la alameda.

Y la inmensa luz de la luna llena,

Ilumina con su blancura la morada bella,

En que estamos poseídos por nuestro amor,

Entre los besos y la quietud,

En el inmenso amor que hace temblar la tierra.

Nuestra pasión a la noche transparenta,

Ni las nubes oscurecen esta noche con su presencia,

En que nuestras almas se abrazan serenas,

En esta felicidad llena de pureza,

En esta callada blancura plenilunar

En la que desde hace tiempo vivieran.

Noche amorosa en los campos de Italia,

Cuando te besé por la luna bañada,

En nuestra bella y amorosa luna de miel,

En la hermosa ciudad de Catania,

Cuando nos alumbró sigilosa la luna

Mudo testigo de nuestros besos en aquella playa.

“Florecieron por tu amor los jardines, creció aún más la enredadera, la bienvenida te dio en esa noche de primavera y de besos te llenaron los jazmines.”