Aveces, quisiera acabar con mis propias manos
a los ladrones, para que todos podamos salir
por las calles sin temores, pero...
¿quien gobernaría las naciones?
Aveces, me duele que el hombre traicione
a su esposa, o que sea ella quien le brinda
su calor a otro, per concluyo que faltaría
desinfectante para semjantes heridas.
Aveces -creo yo- que las cosas no van
por el camino correcto, que amar no es eso,
sino un burladero a la soledad, y me refugio
en el cuerpo de mi compañera y le susurro
que la necesito, porque eso sí es verdad.
Aveces, cuando llueve oro por el sol
y cuando en su canícula estoy, desearía unas
cuantas gotas que aplaquen tal bochorno.
Aveces, y es constante, llego a las conclusión
que ni con todo el papel existente,
podría limpiale el culo al mundo.
- Autor: YULERIA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de agosto de 2013 a las 08:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Tus versos hacen surgir al poema la bellas palabras que tu corazón sensible quiere decir al hombre amigo Yuleria
Saludos y abrazos de amistad y de afecto.
Tu amigo Críspulo.
CRISPULO, a veces, no somos nosotros mismos quienes sufrimos las consecuencias de dichos actos, pero sí quienes vemos la forma en que juegan con aquellos seres y sentimos como propios estas actitudes y descaros. Un abrazo amigo y buen día.
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