Llegó el día...

Y llegó el día... Metí la mano en mi pecho, me arranqué el corazón y pude sentir como latía rápidamente y como sangraba... quise mirarlo a los ojos para hablarle de frente, y lo hice y sin nada de reparos... " ahora manda la razón", tu opinión ya mo me importa le ordené que deje de sentir y que deje de ser tan romántico, que no espere, que ya no siga esperando, porque la razón pudo más: " Si no te aman de nada sirve insistir, ahora ya no mandas tú, manda la razón". y lo volví a meter en mi pecho, pero se quedò quieto, como si no quisiera vivir....  

 Ya te he soltado, estuve charlando con Vos y me he sentido muy calma para poder decir las cosas que querìa decir, Voy a confesarte algo: me sentì vacía y también muy sola de este lado...realmente el vacío era muy profundo, te sentí tan distante, hablamos de muchas cosas, también te hice un par de reproches, pero al final te terminé diciendo lo mucho que te quiero y mi gran amigo que eres. Pero...Este es el final, ya no hay nada más, adiós a todos los hermosos besos que no te dí ni te daré, adiós a esos abrazos mágicos que me elevaron al cielo, adiós a nuestro encuentro íntimo que nunca tuvimos y que claro está, tampoco tendremos. Te digo adiós, adiós a la ilusión, adiós al amor, adiós a las posibilidades y también adiós a esos sueños de ser una gran pareja. Digo el primer adiós y sé que lentamente voy a comenzar a recuperame, porque todo en esta vida pasa y el dolor también. Y sé que este dolor es el paso para la llegada de la gran felicidad, porque creo que así sucederá. Dicen que siempre que llovió paró y es cierto, por eso no dejo de creer.