Los hijos

Raul Gonzaga

Es el amor por los hijos

El más puro y abnegado,

Pues sufrimos sus caídas

Y lloramos sus fracasos;

 

Son sus lágrimas espadas

Que laceran nuestros pechos,

Son sus horas solitarias

En nosotros cruel infierno;

 

Moriríamos contentos

Si con ello los salvamos,

Y aceptamos como Job

Toda prueba sin dudarlo;

 

Nada nos llena de gozo

Como el ver que están jugando,

Desde que son muy pequeños

O cuando ya están casados;

 

Es cartera sin fronteras,

Si algún presente les damos;

Y es un tiempo sin horarios,

Para poder apoyarlos;

 

Y si algún día se marchan,

¡Cuánto duele un hijo ausente!

En soledad aceptamos

Que fue muy duro perderle;

 

Pero del caos resurge

Nueva luz para alentarnos,

Esos nietos que nos llenan

Con sus gracias, con sus pasos;

 

Es verdad irrefutable

Que entre hijos, padres y abuelos

Existe el amor más puro:

Más honesto y verdadero…

Ver métrica de este poema
  • Autor: Raúl Gonzaga (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de agosto de 2013 a las 10:45
  • Comentario del autor sobre el poema: Versos octosílabos con rima asonante en los versos pares, que expresan el cariño por nuestros hijos y nietos...
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 93
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios2

  • Raul Gonzaga

    Los hijos: ser padre o madre, material o espiritualmente hablando, significa hacerse cargo de la educación y formación de un niño; es una labor tan complicada que requiere de mucho apoyo: abuelos, hermanos, amigos, maestros, psicólogos... sin embargo, pocos tienen esa vocación para ser padres, algunos los abandonan, otros los descuidan, otros los explotan y algunos hasta los maltratan; ser padre o madre, significa reir y llorar con él, por sus éxitos y fracasos; es desvelarse para que nada le falte; es escucharlo, orientarlo, protegerlo y dejarlo ser; saber cuando apretar y cuando aflojar para que siga por la senda que más le conviene; hay tantas piedras, tantos abismos, tantos abrojos, que sufrimos doblemente sus dolores, pero debemos seguir y seguir apoyándolos, sin condición: ¿Qué no dieramos para verlos felices y realizados?...

  • El Hombre de la Rosa

    Gratificante y genial tu sensacional poema amigo Raul Gonzaga
    Saludos y abrazos de amistad
    Críspulo tu amigo

    • Raul Gonzaga

      Críspulo, la amistad que me brindas está más que correspondida, gracias por tus comentarios; saludos y un abrazo fraternal...



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